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Mamografías triple D

Las mamografías en 3D, un tipo de mamografía digital conocida como tomosíntesis del seno, puede aumentar la probabilidad de detectar el cáncer de mama.

Sobre todo en los casos en los que es más difícil identificar el tumor, en mujeres con senos densos, revela un estudio presentado durante la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA, en inglés).

Las mamografías en 3D, un tipo de mamografía digital conocida como tomosíntesis del seno, puede aumentar la probabilidad de detectar el cáncer de mama.

Sobre todo en los casos en los que es más difícil identificar el tumor, en mujeres con senos densos, revela un estudio presentado durante la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA, en inglés).

Y es que cuanto más denso sea el tejido mamario más difícil será detectar el tumor canceroso en las mamografías, ya que ambos aparecen en la prueba como zonas blancas. Mientras que el tejido adiposo –o graso– aparece en las mamografías de color oscuro.

El cáncer de mama, además, suele desarrollarse con mayor frecuencia en mujeres con tejido denso del seno o mamas más fibrosas, generalmente en jóvenes, pues con el paso de los años los senos de la mujer se hacen más grasos.

En el estudio, encabezado por el doctor Per Skaane, del Departamento de Radiología del Hospital Universitario de Oslo, en Noruega, se comparó la detección del cáncer utilizando la mamografía digital de campo completo (MDCC) o 2D con la mamografía en 3D, y la MDCC sola en poco más de 25 mil mujeres de entre 50 y 69 años.

Con la mamografía en 3D y la MDCC se detectaron 211 tumores benignos (80 por ciento), en comparación con 163 (63 por ciento) cánceres detectados solo por la MDCC. 

Respecto a mujeres con senos densos, la MDCC con la mamografía en 3D identificaron 80 por ciento de los 132 casos de cáncer. Mientras que solo con la MDCC se detectaron 59 por ciento de los casos.

Skaane comentó en un comunicado que la tomosíntesis podría considerarse como una mejora en la mamografía y sería más fácil de implementar en los programas de detección sistemática del cáncer de mama que una imagen por resonancia magnética (IRM) o un ultrasonido, otras técnicas de imagen que suelen utilizarse para encontrar cánceres que las mamografías no detectan.

El problema es que ambos procedimientos arrojan tasas más altas de resultados falso-positivos, “que ocurren cuando los radiólogos concluyen que las mamografías son anormales pero en realidad no hay cáncer presente”, explica el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos. 

Esto se traduce en pruebas adicionales y biopsias innecesarias, lo que hace a la IRM y el ultrasonido costosos de implementar en programas masivos de detección del cáncer de seno, señala el comunicado.

“Nuestros resultados muestran que la implementación de la tomosíntesis podría indicar una nueva era en la detección del cáncer de mama”, apuntó Skaane.

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