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La pesadilla de los sobrecargos

¿Cómo se puede superar el trauma de una tragedia si se está constantemente en riesgo de ser víctima de otro desastre? 

Son muchos los casos y las profesiones cuya naturaleza puede detonar el trastorno por estrés postraumático (TEPT), que se presenta en las personas que fueron testigos o víctimas de un suceso violento.

Pero las tasas de TEPT pueden llegar a ser mayores entre los asistentes de vuelo. 

¿Cómo se puede superar el trauma de una tragedia si se está constantemente en riesgo de ser víctima de otro desastre? 

Son muchos los casos y las profesiones cuya naturaleza puede detonar el trastorno por estrés postraumático (TEPT), que se presenta en las personas que fueron testigos o víctimas de un suceso violento.

Pero las tasas de TEPT pueden llegar a ser mayores entre los asistentes de vuelo. 

Porque las secuelas que viven tras una tragedia como la del avión de Malaysia Airlines que fue derribado en territorio ucraniano –el segundo infortunio de la aerolínea en lo que va del año– no solo responden a la pérdida de víctimas y a la tragedia per se, sino también al hecho de saber que, como asistente de vuelo, no hay mucho que se pueda hacer para evitar que te toque ser parte de otra desgracia.

El riesgo de que suceda un desastre similar está latente. 

Jeffrey M. Lating, profesor de psicología de la Universidad Loyola Maryland, quien ha estudiado cómo fueron enfrentados los hechos del atentado terrorista del 9/11 por los sobrecargos de American Airlines, explicó a The Atlantic que las tasas probables de padecer TEPT entre ellos fueron mayores que las que se observaron entre los rescatistas de víctimas del ataque terrorista explosivo ocurrido en los 90, en Oklahoma City.

Un estudio posterior reveló que las tasas probables de desarrollar TEPT también eran altas entre los asistentes de vuelo de otras aerolíneas.

“Creo que parte de la diferencia, una potencial diferencia, es que, para los trabajadores de rescate en Oklahoma City, probablemente la amenaza se fue en ese momento”, comentó Lating. 

“Pero cuando evaluamos a los asistentes de vuelo, cerca de nueve meses después del suceso, aún podían pensar que ellos podrían ser los próximos (en sufrir un atentado)”, agregó.

Además, el hecho de que un accidente sea resultado de acciones humanas hace que los sobrecargos se sientan aún más vulnerables de la situación en la que se encuentran. 

Estas desgracias “son potencialmente más psicológicamente patógenas”, describió.

El psicólogo aludió a las anécdotas de los asistentes de vuelo del 9/11, que parecían tener como común denominador que ellos se consideraban que eran blanco de un arma de destrucción masiva, lo que agudizaba su sensación de que estaban en peligro.

Aunque todavía no se puede asegurar que habrá mayores tasas de TEPT entre los asistentes de vuelo de Malaysia Airlines, y de otras aerolíneas, el experto advirtió que puede surgir lo que se conoce como una “relación dosis-respuesta”, es decir, que la probabilidad de que ocurra una respuesta en particular es mayor a medida que aumenta la exposición a un estímulo.

Esto, dada la proximidad de los dos trágicos sucesos de los vuelos malasios MH370 y MH17. 

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