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La ley de la atracción

Es fin de semana. Si eres mujer es muy probable que estés en tu oficina –o escuela– pensando qué ponerte para salir en la noche. Si eres hombre, estarás considerando invitar a esa chica a quien no dejas de mandarle mensajes vía WhatsApp.

Sin embargo, más allá de la falda que te pongas y la loción que portes, la fórmula para atraer a una persona podría estar muy lejos del físico: en las emociones.

Los niveles más altos en seguridad y atracción se asocian con una mayor actividad en el área del cerebro que procesa la recompensa

Es fin de semana. Si eres mujer es muy probable que estés en tu oficina –o escuela– pensando qué ponerte para salir en la noche. Si eres hombre, estarás considerando invitar a esa chica a quien no dejas de mandarle mensajes vía WhatsApp.

Sin embargo, más allá de la falda que te pongas y la loción que portes, la fórmula para atraer a una persona podría estar muy lejos del físico: en las emociones.

Y es que “tener la habilidad de comprender las intenciones y emociones de la otra persona es esencial para una interacción social exitosa”, señala Silke Anders, profesora de Neurociencia Social y Afectiva de la Universidad de Lübeck, en Alemania.

Anders agrega que, a su vez, “para lograr un objetivo en común, las personas deben entender y actualizar continuamente la información acerca de las intenciones y motivaciones actuales de su pareja, anticipar el comportamiento del otro y adaptar su propia conducta en consecuencia”.

No basta tener química con otro ser humano o de que te “guste” físicamente. De acuerdo a un estudio publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), “nos sentimos atraídos hacia personas de las que podemos entender sus emociones fácilmente, y eso se puede deber a la compatibilidad entre los circuitos neuronales”.

Para llegar a estas conclusiones, Anders y su equipo de investigadores analizaron si las personas tienen una habilidad para “leer” las emociones del otro y sentirse atraídos por las mismas.

A un grupo de voluntarios les presentaron imágenes de individuos expresando  emociones como miedo o tristeza. Posteriormente se les preguntó cuánta confianza sentían de detectar de forma acertada el sentimiento expresado. 

Durante este proceso se midió su actividad cerebral.

Anders y su equipo encontraron que cuanto más seguro se sentía un hombre sobre el sentimiento expresado de  una mujer, más atraído se sentía hacia ella.

Los niveles más altos en seguridad y atracción se asociaron con una mayor actividad en el área del cerebro que procesa la recompensa. Respecto a ello, los expertos subrayan que la habilidad para “leer” a alguien con éxito no solamente activa el área cerebral mencionada, sino que también dispara la atracción.

“Lo que hace realmente fascinante estos resultados es el hecho de que comprender –así como la atracción personal– parece depender tanto del cerebro que emite una señal emocional, como del que la percibe, y de cómo se combinan”, agrega Anders.

Así que el labial y el vestido solamente serán el primer paso, el resto déjaselo al cerebro y las emociones.

¿Le gustas o no?

Cuando es, es. Y cuando no, la persona se puede dar cuenta al instante de la falta de interés.

Nicholas Epley, científico de la Universidad de Chicago especializado en comportamiento, y Tal Eyal, psicólogo de la Universidad Ben-Gurion en Israel, revelaron una técnica que ayuda a descifrar lo que ocurre en la mente de la otra persona cuando te ve.

De acuerdo a Epley y Eyal, la clave radica en que las personas piensan de manera muy distinta sobre sí mismas comparado con lo que piensan sobre los demás.

Por eso, “tienden a escrutar sobre sí mismos a un nivel muy detallado, mucho más de cómo examinan las acciones de otros”.

Los expertos señalan que el lenguaje corporal del otro te dará la respuesta sobre lo que piensa de ti.

Si cuando hablas con él te mira fija y directamente a los ojos, tiene interés en ti. Si voltea constantemente a otros puntos mientras habla contigo, no 

necesariamente significa que se siente atraído hacia ti.

De hecho, el contacto visual y la manera en la que reacciona ante tu contacto físico también son señales que debes tomar en cuenta para descifrar si le interesas o pareces atractiva.

Además de la dirección del torso y los hombros, la sonrisa también demuestra interés.

Si sonríe sin enseñar los dientes, es una de cortesía. Mientras que si sonríe con la mirada, es sincero y denota atracción por ti.

Aunque los expertos señalan que no te dejes engañar por una sonrisa “pícara”, pues esa es mera coquetería.

Olvídate del estrés

Aunque las emociones son la clave para cumplir “la ley” de la atracción, lo cierto es que en la mayoría de los casos, el amor sí entra por los ojos.

Así que no importa qué tipo de mujer seas físicamente, mientras te olvides del estrés, te verás mejor física y anímicamente; y por lo tanto, más atractiva.

Según una investigación llevada a cabo por la Universidad de Turku, en Finlandia, las mujeres profesionistas exitosas –y con un ritmo de vida estresante– resultan menos atractivas para el sexo opuesto.

En parte, esto se debe a que ellas tienen menos tiempo para estar con la pareja, y a que registran altos niveles de cortisol, conocida como la hormona del estrés, lo que provoca que ellos las vean menos atractivas. 

¿Cómo se dan cuenta? La respuesta es que el rostro muestra las señales y niveles de la salud de las personas, así como su fertilidad. Cuando una mujer se encuentra bajo el yugo del estrés y la presión –sea o no laboral– su cara reflejará que no se encuentra del todo saludable.

Sin embargo, el estudio mencionado indicó que la debilidad o fuerza del sistema inmune femenino no afecto su sex appeal (atractivo sexual).

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