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Todos nos hemos sentido física y mentalmente agotados por el acelere y las responsabilidades cotidianas.

Pero cuando vivimos cansados día y noche, enfermos e irritables, y con el único interés de que se termine el día para desconectarnos de todo en la cama, lo más probable es que nuestro cuerpo haya rebasado su límite de estrés. 

Porque una cosa es ese estrés que podemos manejar diariamente, sea por tráfico, las tareas domésticas, una fecha límite para cerrar un proyecto o la carga laboral, etc.

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Todos nos hemos sentido física y mentalmente agotados por el acelere y las responsabilidades cotidianas.

Pero cuando vivimos cansados día y noche, enfermos e irritables, y con el único interés de que se termine el día para desconectarnos de todo en la cama, lo más probable es que nuestro cuerpo haya rebasado su límite de estrés. 

Porque una cosa es ese estrés que podemos manejar diariamente, sea por tráfico, las tareas domésticas, una fecha límite para cerrar un proyecto o la carga laboral, etc.

Y otra muy distinta es sufrir una carga de estrés a largo plazo que llega a un punto en que el control se “va de las manos”.

Así, llegamos a un punto en el que la fatiga ya no se alivia con una buena noche de sueño o un fin de semana de descanso.

Esto podría responder a una “fatiga suprarrenal”, que ocurre cuando nuestras glándulas suprarrenales –que descansan sobre los riñones–, encargadas de regular la respuesta al estrés a través de la liberación de la hormona cortisol, se sobrecargan ante un exceso de estrés tanto físico como mental. 

Tanto, que dejan de producir la suficiente cantidad de cortisol, por lo que nuestro estado anímico y físico cae por los suelos.

Al menos esa fue la teoría planteada por el doctor en medicina naturopática James L. Wilson, quien en 1998 acuñó el término “fatiga suprarrenal” para identificar la condición en la que las glándulas suprarrenales funcionan por debajo de sus niveles óptimos a causa de un estrés crónico. 

Luego de décadas de tratar a pacientes estresados, el especialista en medicina alternativa publicó en 2002 el libro “Adrenal Fatigue: the 21st Century Stress Syndrome”. 

Fatiga suprarrenal, ¿existe?

Como Wilson, la comunidad de profesionales en medicina natural reconoce que la fatiga suprarrenal es ese punto medio en el que las glándulas siguen produciendo cortisol, aunque en pocas cantidades. 

“(…) como profesionales de la medicina natural reconocemos que cuando se trata de la función suprarrenal, existen escalas de grises”, dijo a The Telegraph Marilyn Glenville, experta en medicina natural.

“Existen diferentes etapas involucradas en esto: fatiga suprarrenal, agotamiento y, en el peor escenario, agotamiento suprarrenal completo y colapso. Lo que estamos tratando de hacer es pescar los signos tempranos y tratarlos antes de que empeoren”, agregó Glenville. 

Pero para la comunidad científica, solo existen dos enfermedades de las glándulas suprarrenales que son polos opuestos: el síndrome de Cushing, en el que se produce un exceso de cortisol, y la enfermedad de Addison –o insuficiencia suprarrenal–, donde esta hormona se produce de forma extremadamente baja, incluso ni siquiera se produce. 

Los médicos también atribuyen los síntomas de fatiga a otros problemas con los que todos lidiamos: estrés laboral, falta de equilibrio entre vida y trabajo, y malos hábitos de sueño, etcétera. O a otras enfermedades como anemia y diabetes. 

¿Qué son las glándulas suprarrenales?

Imagina dos pequeñas estructuras de aproximadamente el tamaño de la parte superior del pulgar. Cada glándula está ubicada sobre un riñón, y ambas contribuyen a regular la respuesta del estrés a través de la producción de cortisol y otras hormonas esteroides. 

¿Lo siente?

+ Dificultad para salir de la cama
+ Cansancio crónico, incluso después de despertarte
+ Pobre concentración
+ Pérdida de interés en lo que antes disfrutabas
+ Baja libido
+ Antojo de snacks dulces o salados
+ Dependencia del café, chocolate o refrescos para mantenerte “al tiro”
+ Recaídas de infecciones
+ Sensación de estar “preso” del estrés
+ Funcionas por inercia o te andas “arrastrando” por la vida

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Se pueden realizar pruebas con médicos naturópatas –u otros expertos en medicina natural– que miden los niveles de cortisol a lo largo del día, aunque los endocrinólogos suelen realizar exámenes de sangre que evalúan la función de la glándula suprarrenal en cuanto a la producción de dicha hormona. 

¿Hay marcha atrás?

Una vez que el daño está hecho, es posible recuperar el buen funcionamiento de las glándulas suprarrenales a través de ninguna otra cosa más que cambios drásticos en hábitos y estilo de vida, que requerirán de mucho esfuerzo y paciencia, pues los efectos no se verán de la noche a la mañana. 

Una dieta más “limpia” y equilibrada, la práctica de actividad física –caminata– y meditación, por ejemplo. Y lo mismo que le recomendarías a esa amiga que no delega, se satura de compromisos y no define prioridades: decir “no” con mayor frecuencia y regalarte momentos para estar contigo mismo. 

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