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Cerebro a la mediterránea

Pareciera que la dieta mediterránea es la favorita de la ciencia.

Estudios arrojan evidencia de que la dieta rica en antioxidantes, como el aceite de oliva extra virgen, nueces, legumbres, frutos secos, vegetales, pescado y granos enteros –”y quizá una copa de vino”, menciona la Clínica Mayo– es antiinflamatoria, por lo que funge como un escudo contra el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, entre otros males crónicos. 

Pareciera que la dieta mediterránea es la favorita de la ciencia.

Estudios arrojan evidencia de que la dieta rica en antioxidantes, como el aceite de oliva extra virgen, nueces, legumbres, frutos secos, vegetales, pescado y granos enteros –”y quizá una copa de vino”, menciona la Clínica Mayo– es antiinflamatoria, por lo que funge como un escudo contra el cáncer y las enfermedades cardiovasculares, entre otros males crónicos. 

En diciembre de 2014, un amplio estudio por la Escuela Médica de Harvard, y con una población muestra de 5 mil mujeres, reveló que las que seguían esta dieta tenían telómeros más largos en sus células. 

Los telómeros son estructuras en los extremos de los cromosomas que se van acortando a medida que envejecemos. 

Ahora, un nuevo estudio suma evidencia de que la dieta mediterránea contribuye a mantener joven el cerebro. 

La investigación, que forma parte del ensayo clínico PREDIMED (Prevención con Dieta Mediterránea), y la cual fue encabezada por el Dr. Emilio Ros, del Hospital Clínico de Barcelona, indicó que quienes siguen esta alimentación (más frutos secos y cucharadas de aceite de oliva diariamente), tienen mejor desempeño cognitivo.

Incluso éste es mayor en comparación con las personas que llevan una dieta baja en grasas.

En el estudio, cuyos resultados fueron publicados en JAMA Internal Medicine, se realizó un seguimiento de cerca de 450 personas sanas a nivel cognitivo, de entre 55 a 80 años de edad, durante un periodo de cuatro años. 

Dos grupos de personas incluyeron 40 gramos de frutos secos o cinco cucharadas de aceite de oliva al día, y un tercer grupo se alimentó a base de una dieta baja en grasas (grupo de control).

La mejora en las funciones cognitivas se mantuvo incluso después de considerar factores como la edad y el sexo. 

A su vez, este análisis forma parte de una investigación de 2013 realizada con más de 7 mil personas

Y es que, mientras que la dieta mediterránea suplementada con frutos secos resultó ser más eficaz para mejorar la memoria, la dieta con las cucharadas de aceite de oliva adicionales favoreció la cognición frontal –funciones ejecutivas y de atención–.

“Si se interviene con un patrón de dieta saludable en las personas que están en riesgo de deterioro cognitivo, incluso en personas que todavía no han tenido ninguna queja de memoria o pérdida de la función cognitiva, puedes prevenir el deterioro cognitivo”, dijo Ros a la revista Time. 

“Nunca es demasiado tarde para cambiar tus patrones dietéticos para mejorar tu salud”, agregó el médico español.

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Aceite de oliva ante todo

 

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