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Con el jefe nunca se sabe

En medio de una muchedumbre un parroquiano de Bruce Springsteen llega hasta el escenario para entregarle a The Boss un cartel que dice: “You never can tell”. Es una franca petición para que junto a su banda E Street Band toquen el éxito de Chuck Berry, durante un concierto en Leipzig, Alemania, en julio de 2013.

Este clásico del rock and roll –inmortalizado dos veces: la primera por Berry en la década de los 50 y la segunda por Uma Thurman y John Travolta en la película Pulp Fiction- mete en problemas a la banda.

En medio de una muchedumbre un parroquiano de Bruce Springsteen llega hasta el escenario para entregarle a The Boss un cartel que dice: “You never can tell”. Es una franca petición para que junto a su banda E Street Band toquen el éxito de Chuck Berry, durante un concierto en Leipzig, Alemania, en julio de 2013.

Este clásico del rock and roll –inmortalizado dos veces: la primera por Berry en la década de los 50 y la segunda por Uma Thurman y John Travolta en la película Pulp Fiction- mete en problemas a la banda.

El grupo que desde hace 40 años –con excepción de la sección de metales- acompaña al originario de New Jersey juega a las complacencias en los conciertos, pero esta vez la solicitud requiere que echen mano de su experiencia como grupo de covers en la parte final de la década de los 60.

Bruce afina, intenta, canta y cambia de tono. Cruza miradas y sonrisas con su legendario guitarrista Steve Van Zandt y su clásica pañoleta a la cabeza. Ambos tararean el inicio de la rola.

Van Zandt, que dio vida a Silvio Dante en la serio Los Soprano, frunce el ceño como esta señal de tener que buscar otro camino para poder lograr el objetivo y musita mientras rasga la guitarra.

Bruce cambia de guitarra por una afinada en un tono más bajo. Mira hacía el ensamble de metales y les da tono, y tal cual un director de orquesta empieza a marcar la pauta. Nuevamente tararea una entrada y los músicos en cuestión de segundos tienen que seguirlo.

Han pasado tan sólo dos minutos y están listos. Lo que sigue es muestra indubitable de la destreza musical de estos tipos. Además, una audiencia que aseguran fue de 50 mil personas totalmente conectadas.

El estigma de la frialdad de los alemanes se rompe al verlos contonearse, aplaudir y sonreír en total éxtasis mientras que los interpretes también bailan y disfrutan del improvisado show.

Literalmente imposible de creer que Bruce padezca, como él mismo lo ha confesado, episodios de depresión.

En noviembre del 2016 Barack Obama le entregó la medalla presidencia por la Libertad en una ceremonia en la Casa Blanca. “Yo soy El presidente pero él es El Jefe”, dijo el primer presidente afromericano en referencia al sobrenombre que siempre ha llevado y que lo hace sentirse abrumado.

“You never can tell” podría traducirse como: nunca se sabe. Y sí, la verdad con Bruce Springsteen, nunca se sabe.

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