Tom Clancy: El ‘conspirador’ de la ficción

De no haber sido uno de los novelistas más extraordinarios de la literatura norteamericana, Tom Clancy podría haber sido el espía, agente o militar perfecto.

Nacido el 12 de abril de 1947, Leo Thomas “Tom” Clancy Jr. fue un agente de seguros y uno de los mejores “narradores” de historias cuyas tramas de espionaje eran detalladas como ninguna, la mayoría relacionada a enredos de ciencia militar, ambientada durante y después de la Guerra Fría, considerada la era de la conspiración por excelencia.

"¿La diferencia entre la ficción y la realidad? La ficción tiene que tener sentido"
Tom ClancyEscritor
Su última novela, “Command authority”, se publicará póstumamente en diciembre de este año
http://www.youtube.com/watch?v=-VFhO4TgeZM

De no haber sido uno de los novelistas más extraordinarios de la literatura norteamericana, Tom Clancy podría haber sido el espía, agente o militar perfecto.

Nacido el 12 de abril de 1947, Leo Thomas “Tom” Clancy Jr. fue un agente de seguros y uno de los mejores “narradores” de historias cuyas tramas de espionaje eran detalladas como ninguna, la mayoría relacionada a enredos de ciencia militar, ambientada durante y después de la Guerra Fría, considerada la era de la conspiración por excelencia.

Clancy falleció la noche del martes, a los 66 años, en un hospital de su natal Baltimore, según informó el miércoles por la mañana The New York Times. El editor del autor fue el responsable de dar a conocer la noticia.

Durante la década de los 90, sus historias sobre complot y espionaje político le dieron fama internacional, ya que se convirtieron en los guiones de cintas como “La caza del octubre rojo” –basada en el libro homónimo, que fue la primera obra literaria de Clancy–, en la que Alec Baldwin dio vida al agente Jack Ryan y Sean Connery personificó a un memorable Capitán Marko Ramius (“Octubre Rojo”). Así como “Juego de patriotas”, protagonizada por Harrison Ford como el agente Jack Ryan.

Ben Affleck también interpretó a Ryan, en la película “La suma de todos los miedos”.

Y es que sus historias y complots ficticios no solo exponían a la realidad, sino que la sobrepasaban. Una de las características de sus novelas es que una vez que se comienza, no se podrá soltar hasta haberse terminado el libro completo. De hecho, Ronald Reagan, cuando todavía era presidente de Estados Unidos, dijo en 1984 que no podía dejar de leer “La caza del octubre rojo”.

Clancy dijo que esa declaración fue de gran ayuda para que el libro entrara en la lista de best sellers de The New York Times.

Republicano, de pensamiento militarista y neoliberal, Tom Clancy consideraba que “la democracia solo es posible con el acceso fácil a la información y las buenas comunicaciones. Y la tecnología es una forma de facilitar las comunicaciones”.

David Shanks, ejecutivo de la Editorial Penguin y quien trabajó con Clancy en cada una de sus novelas, dijo que estaba profundamente entristecido por el deceso del escritor de best sellers y que este fue “un autor consumado, creando thrillers de la era moderna, y fue uno de los narradores más visionarios de nuestro tiempo. Lo voy a extrañar mucho y sé que será extrañado por decenas de millones de lectores en todo el mundo“.

Su pasión por la política, ficción y tecnología –sin olvidar el toque de inteligencia y ciencia militar– también lo llevó a cofundar un estudio y productora de videojuegos, Red Storm Entertainment (comprada por Ubisoft), en el que se desarrolló gran cantidad de juegos –como el popular “Splinter cell: blacklist”–, algunos basados en sus novelas. Así, su legado alcanzó a distintas generaciones.

Tom Clancy vendió más de 50 millones de copias de sus libros y se convirtió en uno de los autores más leídos –y remunerados– de siglo 20.

De las 28 novelas que escribió, 17 de ellas ocuparon los primeros lugares en las listas de ventas de Estados Unidos.

Y, pese a que sus novelas llegaron a la pantalla grande con historias que tuvieron a los espectadores inmersos en suspenso, Tom Clancy dejó en claro que nunca le gustaron las versiones cinematográficas de sus libros. “Hollywood hace que el Congreso de los Estados Unidos parezca un semillero de ética… Entregar un libro a Hollywood es como entregarle una hija a un proxeneta. La próxima vez no ocurrirá eso”, afirmó en entrevista para The Guardian, en 1994.

‘No escribo sobre superhéroes’

Aunque sus personajes cumplen misiones secretas que parecen casi imposibles, su objetivo nunca fue “inmortalizar” a los agentes, espías y demás identidades a las que dio vida.

Prueba de ello fueron sus declaraciones a la revista Verbosity, en las que aseguró que no escribía historias sobre superhéroes, sino que procuraba que sus protagonistas tuvieran “características en las que se reconoce la gente y preocupaciones reales”.

Inclusive confesó: ”Algunos de mis personajes están basados en personajes reales. Uno incluso está inspirado en mi”.

Y, dada su detallada y minuciosa descripción de la ciencia militar y las técnicas de espionaje en sus tramas, en una entrevista en CNN (en el 2003), se le comentó que su obra literaria podría revelarle a grupos terroristas algunos secretos del ejército de Estados Unidos, a lo que respondió: “Nunca he recibido un e-mail de un seguidor llamado Osama bin Laden, ni sé realmente cuántos libros he vendido en Afganistán”.

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