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Antídotos para la crisis

¿Se imagina usted tener un manual para atender una crisis? ¿Un A, B, C de qué hacer ante una situación individual y colectiva? El consultor y exembajador de Guatemala en Washington llega a México para presentarnos su segundo libro “Crisis: La administración de lo inesperado”.

En un rincón del restaurante del hotel St. Regis y al lado de un majestuoso piano se encuentra el consultor y escritor de Guatemala Julio Ligorría. Su presencia impone, pero su sencillez lo rebasa.  

Es un legado que quiero dejar y por ello les presento con mucha responsabilidad éste nuevo material”  
Julio LigorríaEscritor

¿Se imagina usted tener un manual para atender una crisis? ¿Un A, B, C de qué hacer ante una situación individual y colectiva? El consultor y exembajador de Guatemala en Washington llega a México para presentarnos su segundo libro “Crisis: La administración de lo inesperado”.

En un rincón del restaurante del hotel St. Regis y al lado de un majestuoso piano se encuentra el consultor y escritor de Guatemala Julio Ligorría. Su presencia impone, pero su sencillez lo rebasa.  

De consultor a escritor. “Crisis: La administración de lo inesperado” forma parte de 35 años en la carrera de la consultoría del escritor. Con plena consciencia, Julio Ligorría decide dejar un legado a los colegas, empresarios y exclientes que sea de gran utilidad en un mundo que atraviesa por una enorme crisis sistémica.

“Es un legado que quiero dejar y por ello presento con mucha responsabilidad éste nuevo material”, expresa con gran sentimiento el escritor.

Es un libro escrito por todos, según palabras de su creador, y forma parte de la extensa trayectoria en la diplomacia y el mundo de la política.

“Tenemos que estar claros, muchas a veces analizamos las crisis locales como algo aislado.

Principalmente aquellas que llevan gobiernos o corporaciones tienden a detectar una realidad que consideran es la del mundo y corresponde únicamente a la realidad de su mundo, entonces, comienzan los procesos de distorsión y aparece una crisis”, detalla.

De la actualidad

El consultor destaca la transición global que se vive en la actualidad. Una transición que moviliza las tendencias de cada uno como individuo, en donde las barreras culturales dejan siempre un gran  aprendizaje.

“El tema cultural es importante, pero siempre hay una preclaridad de que lo que vas a encontrar es riesgo y oportunidad, por ello, es primordial tener un proceso de adaptación… La crisis llega y hay que resolverla”, expresa el consultor guatemalteco.

Ligorría destaca que hay tres elementos que se deben resaltar para resolver una crisis: las leyes, los tiempos y el identificar el origen real de la misma, que no siempre es el motivo aparente.

“Una crisis administrada sin conocimientos plenos de los orígenes reales, podría provocar una probable solución que generara crisis recurrentes con lo cual el trabajo quedará mal hecho”, refiere el autor del libro “Crisis”.

Además remarca que la absoluta discreción en lo que haces es un importante factor que rige la ética, donde el privilegio de proteger lo primordial de tu cliente es fundamental.

“A ningún personaje público le gusta que se de a conocer su crisis. En el libro, podremos encontrar algunos asuntos de clientes que me permitieron hacer públicos sus casos”, explica.

Ayotzinapa: un tema delicado

El exembajador deja claro que uno de los grandes elementos en el manejo de la crisis es incorporar o implementar metodologías para fortalecer el protocolo, eso es uno de los detalles que explica en su libro.

“Yo no creo en la crisis terminal, ya que siempre y en el peor de los momentos existe una oportunidad”, asegura.

Actualmente en México hay un suceso que no deja al tiempo olvidar. Ayotzinapa es un acontecimiento que Julio Ligorría toca con profunda nostalgia y respeto, sabe que el pueblo mexicano busca respuestas.

“Ayotzinapa representa en su historia un parteaguas en el que es difícil señalar responsables y donde las autoridades mexicanas de todo cuño deben ser responsables respecto al tema. México pierde esperanza y eso es lo último que se debe dejar perder”, explica.

La alarmante violación a los derechos humanos es un factor imprescindible a contar en el manejo de una crisis, asegura, pues la herida social que dejan estos eventos en las naciones es muy difícil de borrar si no existe una responsabilidad política que garantice la integridad.

“Se puede resolver una crisis gubernamental si hay voluntad política, se ajusta en la dirección correcta. En pocas palabras, es un tema de responsabilidad en el que los Presidentes que se atreven a asomarse a la ventana, son los que alcanzan el fin”, comenta.

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