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Escribiendo en tiempo real

Una breve entrevista con Anna Todd durante su primer viaje a México derivó en un recorrido por la historia de la literatura. 

Su modo de llegar al público recuerda a la primera novela de Charles Dickens publicada por entregas en el siglo 19 y su efecto en los lectores es comparable a la euforia que causó –y sigue provocando– el podcast “Serial”, lanzado en 2014. 

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millones de descargas en promedio por episodio tuvo “Serial”
Anna Todd dice que escribe mayormente para ella, y que no escribiría solamente por vender
“Los primeros seis meses respondía a todos los comentarios, hasta que empezaron a ser más de cinco mil por publicación"
Anna ToddEscritora
La tecnología ha cambiado los medios de difusión, pero el arte de contar historias ha permanecido con el tiempo

Una breve entrevista con Anna Todd durante su primer viaje a México derivó en un recorrido por la historia de la literatura. 

Su modo de llegar al público recuerda a la primera novela de Charles Dickens publicada por entregas en el siglo 19 y su efecto en los lectores es comparable a la euforia que causó –y sigue provocando– el podcast “Serial”, lanzado en 2014. 

Ambas producciones, “Los papeles del Club Pickwick” (1836) y la serie creada por periodistas del programa radiofónico “This American Life” –el primero publicado en una revista de antaño y el otro disponible en iTunes– tienen algo en común con “After”, la saga que la escritora estadounidense Anna Todd recién presentó en México. 

Además de su rotundo éxito, las tres historias se desarrollaron en tiempo real, es decir, fueron escritas al mismo tiempo que se iban publicando.

Tanto el lector como el autor desconocían lo que iba a pasar el siguiente capítulo. La ansiedad de la audiencia la compartía el creador. 

Aunque la novela de Todd es por sí misma un fenómeno; de ser una historia más entre las millones publicadas en la red social Wattpad se convirtió en la adicción de mil millones de usuarios de Internet en todo el mundo, también es el vivo ejemplo de que la narrativa se adapta a los medios de comunicación de la época.

Dickens, reconocido por académicos como el mejor escritor de la época victoriana, debutó con novelas de folletín. 

Su segunda novela, “Oliver Twist”, también fue publicada por entregas. Cada mes entre febrero de 1837 y abril de 1839 aparecía la continuación de la odisea del huérfano Oliver en la revista Bentley’s Miscellany. 

Todd comenzó a escribir “After” el 11 de abril de 2013, horas después la primera parte de esta novela erótica inspirada en un integrante de la boyband One Direction ya estaba disponible en Wattpad, una plataforma virtual de escritores que registra 35 millones de visitas únicas al mes. 

“Serial”, un podcast periodístico que cuenta historias de la vida real, también recurre a este método de revelaciones seriales. La primera temporada, narrada por periodista Sarah Koenig, se sumerge en un asesinato cometido en 1999. En este, los testigos son los personajes. Fueron 12 episodios, uno por semana. Entre capítulo y capítulo Koenig iba entrevistando a más personas y armando el siguiente.

Tanto en las novelas de Dickens, como en las fantasías de Todd y en las grabaciones de “Serial” la expectativa es fundamental.

La excitación de las masas que leían al autor victoriano es similar a la que ahora padecen las comunidades virtuales en la era digital. 

De Gutenberg a ‘50 Sombras De Grey’

La tecnología ha cambiado los medios de difusión, pero el arte de contar historias ha permanecido con el tiempo.

Con la invención de la imprenta moderna de la mano de Johannes Gutenberg en el siglo 15, la producción masiva de textos e imágenes hizo que la literatura se convirtiera en algo más accesible para todos, no solo para las élites.

Cuatro siglos después, poco antes de que se perfeccionara la impresión con la invención del linotipo (máquina utilizada por periódicos hasta finales del siglo 20), aparecieron los folletines, ficciones impresas por partes en revistas o periódicos. 

Grandes escritores como Alejandro Dumas, Gustave Flaubert y Leo Tolstói usaron este formato para publicar sus escritos.

Dumas hizo más de 130 entregas antes de concluir en 1885 “El conde de Monte Cristo”. El francés escribía simultáneamente otras obras que se publicaron bajo la misma modalidad. Entre estas destaca “Los tres mosqueteros” (1844).

La revista La Revue de Paris vio nacer a “Madame Bovary”, la novela debut de Flaubert, en octubre de 1856.

“Anna Karenina” de Tolstói fue publicada años más tarde en The Russian Messenger. Los capítulos de esta novela aclamada por el público de la época se fueron revelando de 1973 a 1877; algo que podría explicar su larga extensión, alrededor de 800 páginas, dependiendo de la editorial. 

Asimismo, personajes famosos como el detective Sherlock Holmes, creado por Sir Arthur Conan Doyle para una serie que se publicaría en The Strand Magazine en 1887, también surgieron con el sistema de entregas. 

Dando un salto hasta al siglo 20, la radio, la cinematografía y la televisión se encargaron de revolucionar la industria del entretenimiento.

Primero las novelas radiofónicas conquistaron las audiencias. Igual que con los folletines, el formato era “por entregas”, es decir, los episodios se iban transmitiendo periódicamente. 

Después comenzó el cine. Aunque las películas se proyectaban generalmente de principio a fin, en pequeñas ciudades existía quienes –debido a la escasez de cintas– iban de pueblo en pueblo proyectando el filme por partes, generando expectativa en los espectadores.

Con la televisión, a partir de los años 50 surgieron una gran diversidad de programas que se siguen transmitiendo “en tiempo real”, es decir, por episodios o capítulos que se publican mientras se graban los nuevos. Lo mismo ocurrió en la pantalla chica con las series y las telenovelas. 

Más tarde, durante la década de los 80, Tom Wolfe, conocido como “el padre del Nuevo Periodismo”, regresó a los orígenes del folletín. Inspirado en Dickens, publicó “La Hoguera de las vanidades” en 27 partes en la revista Rolling Stone. 

En los 90, nace el personaje Bridget Jones en una columna de Helen Fielding publicada en el diario británico The Independent. Fielding después imprimió su saga, vendiendo más de 15 millones de copias e inspiró las películas protagonizadas por Renée Zellweger.

En el 2000, con el Internet en pleno auge, Stephen King experimentó este formato.

El autor de suspenso publicó “The Plant” en su sitio Web. Cobraba un dólar por bajar cada capítulo; logró recaudar medio millón de dólares. 

Antes había publicado “Montando la bala”, considerado por muchos como el primer e-book comercial. Desde entonces advirtió que se convertirían en la pesadilla de las editoriales. 

Lo que no fue un mal sueño para la editorial Vintage Books fue el éxito de “50 sombras de Grey”, la ahora icónica trilogía erótica de la cual se han vendido desde 2011 más de 90 millones de copias en 52 idiomas. 

El mérito es de la autora de la novela,  E.L. James; sin embargo, el origen de la primera obra de la saga no es muy diferente los debuts descritos anteriormente.

La historia es una fanfiction (fanfic) de “Twilight”, el libro de romance y vampiros de Stephenie Meyer. 

Las aventuras de Christian Grey y Anastasia Steele fueron compartidas por primera vez en websites de fanfics, o historias de ficción creadas a partir de personajes u obras existentes y que son escritas por fanáticos que disfrutan de dichos universos literarios o que se quedaron con ganas de más. 

Las fanfictions también son por entregas. Lo diferente es que la retroalimentación es directa, abundante y al instante, gracias al Internet. 

Hoy, después de éxitos como “50 sombras…”, las grandes casas editoriales están sumergiéndose en redes sociales como Wattpad y FanFiction.Net para encontrar futuros best sellers.

Gallery Books parece haber encontrado el próximo en un rincón de la capital de Texas, en Estados Unidos. Ella se llama Anna Todd, su novela “After” y su inspiración Harry Styles. 

Su libro ya está a la venta en México, y la joven autora de Austin comparte en entrevista para Reporte Indigo qué se siente escribir “en tiempo real” y darle gusto a una nueva generación de lectores. 

‘After’, literatura instantánea 

El seudónimo de Charles Dickens cuando comenzó a publicar sus textos era Boz, el de Anna Todd es @imaginatorID.

El “ID” por One Direction y el “imaginator” por su hobbie de fantasear con los famosos.

Todd tiene 25 años y se casó un año después de terminar la preparatoria. Estaba cansada de vivir en su pequeño pueblo Dayton, en Ohio. 

Se mudaron juntos a Austin y ahí sus vidas cambiarían. Él se enroló en el Ejército y ella se registraría en Wattpad.

Antes de unirse a la comunidad que vio nacer su novela “After”, Todd se inscribió en un community college. Y durante los tres despliegues de su esposo en Iraq, tuvo diversos empleos, desde vender maquillaje hasta atender llamadas en un call center.  

Hasta que comenzó a leer fanfictions y cayó en el “hoyo negro” que atrapa a las fans de la banda británica. 

No tenía muchos amigos cerca de casa, tampoco mucho en común con las esposas de otros soldados, así que su atención se desvió a esta plataforma en línea de activos lectores y escritores primerizos.

“Pensé, ¿por qué no escribir algo para mí, no tenía seguidores ni nada, así que no había –o creí que no había– manera de que alguien pudiera leerme. Así que no había presión, y empecé a escribir, y una vez que empecé no podía parar”, cuenta Anna en entrevista. 

Antes de comenzar, ya se había familiarizado lo suficiente con fanfictions de ID. También había leído una novela con la que “After” es constantemente comparada: “50 sombras de Grey”.

Aunque el símil es a veces a manera de crítica, para Todd es un honor que la comparen con una obra que en múltiples ocasiones ha reiterado que “cambió su vida”.

“After” (2013) trata sobre la vida de Tessa, una joven ingenua de 18 años que entra a la universidad y cuya personalidad se transforma al conocer a Hardin, el personaje inspirado en Harry Styles.

Todd hizo la “versión punk” del integrante de One Direction; rebelde, con tatuajes e insensible con las mujeres. Esta versión no se le ocurrió a la autora, sino que por aquellos días estaba de moda entre los usuarios dar este giro a las celebridades. 

Su idea tuvo más éxito del que se pudo haber imaginado, tres meses después de difundir en Wattpad el primer capítulo, alcanzó el millón de lectores. 

“Los primeros seis meses respondía a todos los comentarios, hasta que empezaron a ser más de cinco mil por publicación”, comparte la estadounidense. 

La autora luego explicó el rol de los lectores en su trabajo.

“Sin duda los comentarios influyeron en la manera en que escribí la historia”, reconoce; sin embargo, aclaró que son las reacciones las que tienen impacto en ella, pues los comentarios generalmente se limitaban a dar opiniones y no ideas sobre cómo desarrollar la trama.

A pesar de esta interacción en tiempo real, Anna dice que escribe mayormente para ella, y que no escribiría solo por vender.

“No quiero ser una persona que solo escribe para vender libros, o simplemente porque la gente quiere o lo compran.

“Siento que si la fuerzo es como un programa de televisión que nunca termina. Que después de la quinta temporada empieza a ser realmente malo y no quiero que mis libros sean así”, explica.

Lo único extraño de que ahora Wattpad sea “el dueño de ‘After’ para las cosas legales” es que Todd no pudo publicar de inmediato unas partes de la novela, y ella no disfruta lo mismo escribir en la intimidad. No obstante, aclara que tiene mucha libertad y que tiene el 90 por ciento del control de todo.  

Formato vainilla

Con capítulos breves y periódicos, “After” resultó adictivo para mil millones de usuarios y desde el año pasado la versión impresa está llegando a distintas regiones del mundo.

“En cada país los lectores son un poco diferentes. Sobre todo desde que salió la versión impresa son cada vez mayores. Lo que encuentro interesante, porque yo pensaría que los que leen ‘After’ tienen de 15 a 20 años. 

“Pero ahora tengo muchos lectores mayores, mujeres de 40 o 50 años y algunos hombres. Como en Alemania, por alguna razón tengo muchos lectores adultos, yo pensé que eran los papás de las chicas, pero no, estaban ahí porque les gustaba el libro”, dice sorprendida Todd.

Señoras le han dicho que les recuerda a su primer amor, y la mayoría de los seguidores de Todd no son “directioners”.

Ella señala que su novela, clasificada por muchos como erótica, es para todas estas edades.

“After” tiene escenas explícitas de sexo, pero no incluye sadomasoquismo. “Es la versión vainilla de ‘50 shades’”, le dijo alguna vez a E!. 

Y el romance no se quedará en los libros, la escritora ya trabaja junto con Paramount Pictures la película de la primera novela de su saga para conquistar su próxima estrella.

“I wish that I could take you to the stars, I’d never let you fall and break your heart”, dice su canción favorita de One Direction.

Periodismo por entregas

Hay un antes y un después de “Serial” en la historia de los podcasts. 

La distribución de programación en audio revolucionó desde la invención del iPod y hoy “Serial” (2014), un hit en iTunes, supone una novedad periodística, pero adopta un formato utilizado por siglos en la narrativa: capítulos.

Sarah Koenig, la voz de este podcast, y un equipo de productores de “This American Life” de la radio pública de Chicago apostaron por periodismo de investigación profundo y un método de difusión que va contra la forma clásica de revelar contenido noticioso.

En 12 episodios semanales de alrededor de 50 minutos publicados en serialpodcast.org, Koenig retoma el caso de un asesinato cometido en 1999. 

El homicidio de Hae Min Lee, una adolescente de Maryland, en Estados Unidos, dio lugar a la condena de Adnan Syed, su exnovio.

La periodista sostiene conversaciones relajadas con testigos, presenta nuevas pruebas y descubre nuevos hechos alrededor del crimen. Esta combinación de fondo y forma gustó al público, millones se obsesionaron con la historia.

La gente esperaba ansiosa, publicaba opiniones en Twitter y otras redes sociales, investigaba por su parte sobre el caso… Mientras tanto, Koenig buscaba nuevos  elementos para el siguiente capítulo; la presión del deadline siempre estaba presente. 

“En realidad es una de las formas más viejas de contar historias. Charles Dickens escribió muchas de sus novelas como seriales. En Inglaterra había gente en los muelles esperando a que desembarcara la última entrega de ‘Curiosity Shop’. 

“Todo el mundo quería saber qué le iba a pasar a Little Nell, y ese es el mismo apetito que la gente tiene ahora por las series”, contó Jill Abramson –exdirectora de The New York Times– al diario El País, refiriéndose al éxito de “Serial”. 

El podcast logró en un mes lo que la novela de Anna Todd tardó tres meses: un millón de “seguidores”, en este caso, oyentes. 

Después se convirtió en un fenómeno mundial.  Desde que se publicó el primer capítulo el 3 de octubre del año pasado, hasta que concluyó en diciembre, se han registrado 40 millones de descargas.

En noviembre de 2014 batió récord en iTunes: el podcast en alcanzar más rápidamente 5 millones de descargas, según reportó Apple. El audio es gratuito.

Pero el impacto de “Serial” ha ido más allá del entretenimiento. Al tratarse de un hecho de la vida real, las nuevas declaraciones de testigos han puesto en duda la condena de Adnan Syed. 

Hace apenas unos días, el 18 de mayo, un tribunal de apelaciones de Maryland concedió la petición de Syed de que su caso sea remitido a un tribunal de circuito, abriendo la puerta a más investigación y a la posibilidad de que un nuevo testigo clave declare sobre el caso.

Se trata de Asia McClain, un amigo de la preparatoria que afirmó haber visto al imputado durante el tiempo que las autoridades dijeron que cometió el asesinato.

El podcast también ha resultado en cuestionamientos sobre si la discriminación religiosa tuvo algo que ver en el desarrollo del caso. Adnan es musulmán, hijo de padres inmigrantes. 

Sus compañeros, que tenían una buena impresión de él, han puesto en duda su culpabilidad durante las entrevistas con Koenig, quien hizo más divertida la historia agregando anécdotas de los testigos pues, para saber lo que ocurrió aquel día de escuela hace más de 15 años, les tuvo que preguntar sobre su vida privada. Sus amistades, hábitos sexuales, consumo de drogas, entre otras cosas salieron a la luz.

El futuro de la narrativa

“Serial me parece una forma más innovadora y fácil de contar una historia. Pienso que si autores de libros de ficción hicieran lo mismo, sería mucho más interactivo y entretenido para las personas”, confiesa Pamela Garza, una estudiante mexicana de 16 años que escuchó la temporada completa en Internet.

En años recientes, el hábito de la lectura ha sido difícil de mantener y fomentar. La información está a la mano, pero es complicado contar con la selección y el tiempo necesario para digerirla.

Pero apuestas como “Serial” y “After” están un paso adelante. Y una nueva generación de lectores está lista para la siguiente.

> Disponible en iTunes
La primera temporada de “Serial”

> Grupo Planeta
Descarga la aplicación de “After”

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