La Cumbre del Toro
El horror, ese género del que Guillermo del Toro ha sido devoto desde su niñez, ese romance explícito hacia el arte que irradia tonalidades cálidas intensas, más el tono lúgubre y fantasmagórico. El cineasta ha logrado engarzar todos esos elementos para crear la película que hoy llega a la cartelera mexicana.
“La Cumbre Escarlata” se perfila para ser un nuevo clásico en el cine, pero también siembra la perpetuidad del sello del realizador jalisciense, dando pie a su consagración cumbre en Hollywood.
Hidalgo Neira
El horror, ese género del que Guillermo del Toro ha sido devoto desde su niñez, ese romance explícito hacia el arte que irradia tonalidades cálidas intensas, más el tono lúgubre y fantasmagórico. El cineasta ha logrado engarzar todos esos elementos para crear la película que hoy llega a la cartelera mexicana.
“La Cumbre Escarlata” se perfila para ser un nuevo clásico en el cine, pero también siembra la perpetuidad del sello del realizador jalisciense, dando pie a su consagración cumbre en Hollywood.
Y es que, sin escatimar en el juicio, el filme habla por sí solo ante la taquilla y la crítica, porque desde su lanzamiento el 16 de octubre en otros países, la producción está a punto de recuperar su inversión de 55 millones de dólares (mdd), con 49.8 mdd recaudados en boletaje.
Después de verla, el escritor Stephen King dijo que “es preciosa y jodidamente aterradora”.
La película mantiene un puntaje de 7.0 limpio en el sitio Internet Movie Database, con el consenso de más de 20 mil usuarios.
Del Toro acuña una película de época que –en cierta manera– toma con otra perspectiva al horror característico en el cine estadounidense, ahondando más en el tormento psicológico por el fondo de sus personajes y sus secretos.
Todo impreso con una marca bastante distinta en su cinematografía: una historia romántica situada al final de la era victoriana del siglo 19 con un escenario gótico, tanto en su trama literaria como en el lugar donde se llevó a cabo la filmación.
Guión bajo el brazo
La historia de “La Cumbre Escarlata” se gestó desde años atrás, Del Toro y Matthew Robbins empezaron un guión de trabajo después de “El Laberinto del Fauno” (2006), pero al igual que otros libretos del mexicano que siguen varados, “La Cumbre…” tuvo que esperar.
“Hellboy II: El ejército dorado” y “Titanes del Pacífico” se interpusieron en los planes de filmación en el 2008 y 2013, respectivamente.
Y en el 2010, la producción de la trilogía de “El Hobbit” retrasó la realización de “La Cumbre…”, ya que Del Toro iba a ser el director a cargo de dicha franquicia que cayó en manos de Peter Jackson.
Mientras escribían “La Cumbre Escarlata”, Del Toro y Robbins tomaron inspiración de las novelas “Cumbres Borrascosas”, de Emily Brontë, “Grandes Esperanzas”, de Charles Dickens, “Rebecca”, de Daphne du Maurier, y “Dragonwyck”, de Anya Seton.
Todas con un común denominador: ocultan horror en lo profundo.
En la manera de cómo transcurre la narrativa de la cinta, precisamente se siente como si fuese un libro trasvasado a la pantalla. Se establecen los cambios de lo que pudiese ser un prólogo y el inicio del cuerpo dramático en capítulos a partir de que pasa su primera media hora, hasta llegar al climático desenlace de intensos 40 minutos, aproximadamente.
Más fuentes de inspiración
Radicado en Estados Unidos, Del Toro es un ávido coleccionista de arte, parafernalia relativa al cine, revistas sensacionalistas con fenómenos paranormales, juguetes excéntricos y demás accesorios misceláneos.
Entre el bagaje cultural de Del Toro, se encuentra la novela “Uncle Silas”, publicada en el siglo 19 por el escritor Joseph Sheridan Le Fanu. Por lo que es clara la proximidad que el director tuvo con la obra de Le Fanu para esta película, además ha declarado que “esta película está extremadamente cercana a ‘Uncle Silas’ en mi corazón”.
El actor Charlie Hunnam –quien interpreta al Doctor Alan McMichael en el filme– apreció que la producción estuviera enfocada en la narrativa, y disfrutó mucho que Del Toro regresara a sus raíces.
“‘La Cumbre Escarlata’ es similar a la vena de ‘El Laberinto del Fauno’, ‘Cronos’ y ‘El Espinazo del Diablo’, todo ese trabajo maravilloso que Guillermo ha hecho en español”, dijo.
Según Del Toro, “‘La Cumbre Escarlata’ es el más oscuro cuento de hadas” y la receta clásica incluye a un personaje en su viaje hacia la madurez. “Puedes encontrarlo en ‘Alicia en el país de las maravillas’ o en ‘La reina de nieve’, en trabajos de Oscar Wilde o Hans Christian Andersen”.
Allerdale Hall: mansión con vida propia
Algo imprescindible dentro de la trama es la casa de los hermanos Sir Thomas y Lucille Sharpe, quienes son interpretados por los actores Tom Hiddleston y Jessica Chastain, respectivamente.
La propiedad que se encuentra derruida por el paso del tiempo está edificada sobre una mina de arcilla color carmín.
La edificación sufre de hundimientos por lo que el fango se trasmina por sus suelos y parece sangre que sale por poros abiertos. En invierno, al caer la nieve, ésta se tiñe y forma una cumbre escarlata.
Los realizadores mandaron edificar la casona desde sus cimientos en los estudios Pinewood en Toronto, Canadá, por lo que todos los espacios que salen a cuadro fueron pensados específicamente por el equipo creativo de Guillermo Del Toro.
El realizador ha expresado que éste ha sido el mejor set en el que le ha tocado trabajar, y los actores también han declarado su asombro por la casa de tres plantas y un piso subterráneo.
Aunque esta majestuosa obra arquitectónica tenga todo un mérito de construcción gótica, sombría y de alto valor de producción de arte, al terminar la filmación tuvo que ser derribada debido al espacio que ocupaba en el estudio.
Adiós, Navarro
La mancuerna entre Guillermo del Toro y su tocayo Guillermo Navarro ha quedado en receso con esta película, ya que desde “Blade II” en 2002 que no sucedía esta distancia entre el cinefotógrafo con el director.
En esta ocasión Del Toro prefirió acudir al danés Dan Laustsen, con quien colaboró en “Mimic” en 1997, para crear una atmósfera de oscuridad, en tonalidades frías para los momentos en que los personajes están en la Mansión Sharpe y un contraste cálido para las secuencias del inicio del filme que ocurren en Estados Unidos.
Es claro el homenaje en la cinematografía a filmes silentes de la era del expresionismo alemán y de otros clásicos del horror y fantasía, ya que las tomas son amplias, evitando en su mayoría ser cerradas, para demostrar el arte de época evocado y ser parte del encanto romántico entre sus protagonistas.
También está la peculiaridad de lo sobrio al momento de emplazar el encuadre, ya que no hay movimientos abruptos de cámara en mano.
Un toque de nostalgia bien usado son sus transiciones del cine mudo, cerrando la toma hasta un diminuto círculo que se funde a negros.
> Guillermo del Toro: El origen del titán de Jalisco
Artículo en Piensa Indigo