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El tamaño sí importa

Seas o no amante del vino, es muy probable que cuando lo bebes, lo haces porque tienes razones puntuales.

Ya sea que te gusta su sabor, textura, compartirlo con alguien o nada más festejar brindando, o bien, porque algo te hace querer beber más y más.

Y ese “algo” podría ser la forma y el tamaño de la copa en la que te lo sirves.

De acuerdo a un estudio de las universidades de Cambridge y Bristol, el tamaño de las copas de vino puede engañar a tu cerebro, por lo que las personas tienden a tomar más –o menos– dependiendo del tamaño del recipiente.

De acuerdo a la ciencia, la forma de la copa incluso enaltece el sabor del vino

Seas o no amante del vino, es muy probable que cuando lo bebes, lo haces porque tienes razones puntuales.

Ya sea que te gusta su sabor, textura, compartirlo con alguien o nada más festejar brindando, o bien, porque algo te hace querer beber más y más.

Y ese “algo” podría ser la forma y el tamaño de la copa en la que te lo sirves.

De acuerdo a un estudio de las universidades de Cambridge y Bristol, el tamaño de las copas de vino puede engañar a tu cerebro, por lo que las personas tienden a tomar más –o menos– dependiendo del tamaño del recipiente.

Los expertos concluyeron que las copas más grandes hacen que las personas beban más, inclusive cuando el volumen de alcohol en el interior de ésta es el mismo.

De hecho, los científicos señalaron que el tamaño de la copa engaña al cerebro y lo hace creer que hay más vino para beber, lo que provoca que consumas esta bebida con mayor rapidez y, por ende, en mayores cantidades.

Para llegar a ese resultado, realizaron un experimento en un bar, en el que sirvieron la misma cantidad de vino en copas de diferentes tamaños. Los dueños del lugar observaron que las ventas aumentaron casi en un 10 por ciento cuando se utilizaron copas más grandes, en comparación con las copas de tamaño más pequeño.

Para la Dra. Rachel Pechey, servir vino en copas más grandes (sin aumentar la cantidad de alcohol que se sirve), en efecto provoca que las personas beban más, ya que esto cambia la percepción acerca de la cantidad de vino.

Pechey también destacó que cuando se trata de copas más pequeñas, el efecto es el contrario.

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