El fascinante y sucio juego del poder
“Política”, fue lo que respondió Kevin Spacey en el año 2000 cuando el presentador de “Inside the Actors Studio”, James Lipton, le preguntó sobre qué otra profesión le hubiera gustado realizar. Trece años después, el actor se enfundó en traje, camisa y corbata para darle vida a Frank Underwood y recrear la serie que en 1990 sacudió a los británicos, inspirada en la novela literaria de Michael Dobbs.
Hidalgo Neirahttps://www.youtube.com/watch?v=lbDCBnBX3lU
“Política”, fue lo que respondió Kevin Spacey en el año 2000 cuando el presentador de “Inside the Actors Studio”, James Lipton, le preguntó sobre qué otra profesión le hubiera gustado realizar. Trece años después, el actor se enfundó en traje, camisa y corbata para darle vida a Frank Underwood y recrear la serie que en 1990 sacudió a los británicos, inspirada en la novela literaria de Michael Dobbs.
“House of Cards” fue la segunda serie original de Netflix, que bajo la tutela del cineasta David Fincher, arrancó su contienda televisiva en 2013. Y desde entonces ha capturado a millones de televidentes y usuarios del servicio en streaming, que hoy continúan el sendero de traición, manipulación y despotismo de los Underwood en su cuarta temporada que hoy inicia.
La figura de autoridad que cimbra Spacey en la trama política, causa la admiración de sus seguidores, pareciendo que el congresista utiliza tácticas irracionales e inverosímiles para realizar sus oscuros propósitos al interior del gobierno estadounidense.
Ante los millones de ojos que observan los pasos del ascenso político de Frank Underwood y su esposa Claire, también hay miradas fuera del estrato común que prestan atención a la ficción, que retrata una realidad alterna al interior de la Casa Blanca. El presidente actual de la Unión Americana, Barack Obama ha dejado en claro en diversas ocasiones que es un ferviente admirador de “House of Cards”, atreviéndose a imitar inclusive a manera de parodia, los gestos de Underwood.
En diciembre del 2013, el director ejecutivo de Netflix, Reed Hastings, le propuso al funcionario de la Oficina Oval, hacer una aparición especial en el drama, pero Obama se abstuvo de responder la oferta.
Inclusive el expresidente Bill Clinton ve la serie y le ha dicho al actor “99 por ciento de lo que haces en el show es real”, explicó a la revista Gotham en abril de 2015.
Kevin Spacey:
Figura de autoridad
Juega con Bill Clinton al poker, es productor ejecutivo del programa, además de reunirse con personajes de la política internacional, el actor Kevin Spacey es actualmente un hombre con poder más allá de los círculos del entretenimiento.
El realizador David Fincher puso los ojos en el también comediante y fue su primera opción para dar vida a Underwood. Spacey se involucró a tal nivel que impulsó la decisión de que la serie fuera lanzada en una sola exhibición en la plataforma de Netflix.
Aparte del encuentro que sostuvo con el presidente Enrique Peña Nieto en un foro de turismo en Cancún en 2014, Spacey se ha reunido con el jeque sultán bin Muhammad Al-Qasimi gobernante del emirato de Sharjah en julio de 2015, con quien prefirió conversar que asistir a la entrega de los premios del Sindicato de Actores, donde se hizo acreedor del galardón a Mejor Interpretación de un Actor Masculino en una serie dramática.
Aunque el personaje encarnado por Spacey resulte novedoso en la modernidad, el intérprete admitió en entrevista para indiewire en 2014 que “Frank Underwood no existiría sin Ricardo III”.
El nuevo Ricardo III
Antihéroe por naturaleza, despiadado para lograr su objetivo, sanguinario contra quien se interponga en su camino, pareciera la descripción perfecta para el presidente interino Frank Underwood de la tercera temporada de “House of Cards”, pero no, este arquetipo nació hace siglos atrás.
El morbo que despierta la figura de Underwood se remite a la dramaturgia inglesa, ya que tanto el político convertido en novelista Michael Dobbs como el mismo Spacey han tomado la base del texto Shakesperiano, Ricardo III para darle vida al demócrata.
Y es que en palabras del artista estadounidense, el dramaturgo preferido de la reina Isabel I sentó las bases de la narrativa para hacer al espectador conspirador adjunto de lo que ocurre en escena, e involucrarlo con los malévolos planes del usurpador al trono de Inglaterra.
Los guiños que Spacey tiene al momento de dirigirse al telespectador en el rompimiento de cuarta pared, y hablar para afrentar al público, ocurre en la puesta de teatro, situación que resulta novedosa inclusive en pleno siglo XXI.
Tal vez no renguea de una pierna, ni porta bastón o una corona, pero Frank Underwood, es el vivo reflejo de un dirigente que está dispuesto a mancharse de sangre, con tal de llegar a la silla de la Casa Blanca.
Entre la ficción y la política
Diputados federales confesaron ser seguidores de la serie “House of Cards”, algunos declarando que el entramado es meramente una fábula de la realidad y otros descalificando de que el contexto político pueda suscitarse en México
Algunos sentados en sus curules, otros simplemente platicando “en bolita” por los pasillos del recinto, más los que no han llegado o se encuentran dando ruedas de prensa, o atienden sus obligaciones políticas, pero en la Cámara de Diputados se encuentra un gusto culposo que pocos se atreven a admitir.
Acostumbrados a dar declaraciones de la nota dura del día, las polémicas al interior de sus bancadas o el panorama nacional de actualidad, los legisladores cambiaron el rostro al ser cuestionados de la serie televisiva de política estadounidense “House of Cards”.
Relajado ante la lente el diputado Waldo Fernández del PRD, dice que la manera en cómo se ejercen las presiones políticas, –en el marco de la ficción televisiva– el cabildeo y la negociación de Frank Underwood, es un reflejo de lo que también sucede en México cuando se presentan iniciativas complicadas que perjudiquen algún sector adquisitivo.
“Es muy ilustrativo de lo podrido que está la política en todo el mundo”, dice Manuel Clouthier, diputado independiente del estado de Sinaloa, al hablar del contexto en el que se desarrolla la serie original de Netflix.
El reflejo actual de la política
Gustavo Madero del PAN aplaude el éxito que tuvieron las dos primeras temporadas del thriller político, sin embargo cree que la travesía de los Underwood “ya chafió”.
Jorge Carlos Ramírez Marín de la bancada priista cree que hay demasiada ficción en su contenido, aunque en su fondo “la política sí podría llegar a ser así, una serie de componendas, traiciones, etcétera”, expresó del drama protagonizado por Kevin Spacey.
“Yo creo que desviste, encuera lo que es la política en aquel país y muchos otros”, opinó el perredista Xavier Nava, quien meditó acerca de la estructura del programa y pronunció que la realidad política de la serie se vive en México actualmente.
“Yo creo que más todavía (…) hay corrupción en todos los países del mundo pero no existe la impunidad que existe en este país (…) y Frank Underwood tendría muchas caras en México”, puntualizó.
El Frank Underwood mexicano
La pregunta de los 64 mil para quienes viven del erario público, fue que nombraran a su parecer quién podría ser el Frank Underwood mexicano, a lo que la mayoría capoteó la pregunta sin respuesta contundente.
Después de dudarlo un momento, Omar Bernardino del Partido Verde cree que el Underwood mexicano “podría ser Manlio Fabio Beltrones”, actual presidente del PRI.
“El más reciente que tuvimos fue Córdoba Montoya”, aseguró René Cervera García de Movimiento Ciudadano, al referirse al oriundo francés que protestó como Jefe de la Oficina de Presidencia en el gobierno salinista.
Por su lado, Madero rompió en risas cuando se le cuestionó por su nominado, otorgando el beneficio de la duda a Felipe Calderón ya que consideró que “tiene que tener una esposa que también la vaya a lanzar, entonces está cabrón, alguien que reúna tantas cualidades”, acotando además que hay varios actores políticos que siguen influyendo “o que quieren regresar” a la política.
Sigue leyendo…