Los pioneros beligerantes

El cine no ha sido romance, ciencia ficción o drama desde sus inicios, al principio las cámaras cargadas de celuloide fueron un arma más poderosa que un rifle, ya que a través de las imágenes se educaban a las naciones que presumían su despliegue armamentístico y sus logros en el campo de batalla.

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Oscar obtuvo la cinta ‘Ben-Hur’ (1959)de William Wyler
Stevens no pudo volver a hacer cintas de comedia tras filmar los horrores del campo de batalla

El cine no ha sido romance, ciencia ficción o drama desde sus inicios, al principio las cámaras cargadas de celuloide fueron un arma más poderosa que un rifle, ya que a través de las imágenes se educaban a las naciones que presumían su despliegue armamentístico y sus logros en el campo de batalla.

Los nazis sabían que el cine era un instrumento perfecto para crear conciencia de su régimen y fue así como a través de Die Deutsche Wochenschau, un noticiero de propaganda que era proyectado en salas antes de ver una película de ficción, la Alemania bélica marcaba vitoreos al Tercer Reich.

El mundo es otro desde que Adolf Hitler intentó apoderarse de él, hay un antes y un después que marcó de por vida a la humanidad, y esta herida también ha quedado marcada en el cine, creando inspiración de los campos minados, de los cuerpos cercenados, del horror que dejó la guerra.

Es así como Laurent Bouzereau tomó el libro del 2014 “Five came back: A story of Hollywood and the Second World War” del periodista Mark Harris y en una miniserie de tres capítulos en Netflix narra, bajo las voces de Francis Ford Coppola, Guillermo del Toro, Steven Spielberg Paul Greengrass y Lawrence Kasdan, la historia de cinco cineastas que vivieron en carne propia la Segunda Guerra Mundial.

John Houston, George Stevens, Frank Capra, John Ford y Willam Wyler fueron o sirvieron al ejército estadounidense en la Segunda Guerra Mundial bajo un sólo propósito, replicar el modelo hitleriano de propaganda fílmica y hacer películas documentales que enorgullecieran a todas las tropas y a los ciudadanos de la Unión Americana para incentivarlo a enlistarse y servir a su patria.

Aprendiendo del enemigo

Bajo la narración de la actriz Meryl Streep, los realizadores contemporáneos se vuelven presentadores y alumnos del legado plasmado por los directores que estuvieron en combate con cámara en mano.

Spielberg, que ha filmado “El imperio del sol” (1987), “La lista de Schindler” (1993) y “Salvando al soldado Ryan” (1999), entre más producciones con temática de la Segunda Guerra Mundial, recuerda dentro del testimonial que su propio padre sirvió en la fuerza aérea.

El director de “Apocalipsis ahora” (1979), Francis Ford Coppola, retoma de manera puntual el cómo los documentales bélicos le marcaron para filmar su propia obra que adaptó de la ficción “El corazón de las tinieblas” de Joseph Conrad.

“A lo largo de esas entrevistas, estaba continuamente impresionado por lo mucho que todos sabían. Todos ellos llegaron con un profundo conocimiento del tema, así como opiniones y experiencias muy fuertes”, narra de la experiencia de hacer el documental Bouzereau.

Después de la guerra

Los cinco cineastas que sirvieron en la Segunda Guerra Mundial tuvieron grandes obras cinematográficas que marcaron un antes y un después en la historia del cine mundial:

Frank Capra

 “It’s a wonderful life” (1946)

Fue el primero en ser comisionado para hacer documentales bélicos, con “Prelude to war” (1942) compitió y ganó el primer año que la Academia creó la categoría Mejor Documental bajo presión de John Ford (quien también ganó, al igual que dos colegas más). Su cinta de 1946, que muestra a un empresario frustrado quejarse y recapitular cómo sería el mundo si él no hubiera nacido, fue un fracaso, pero con el paso del tiempo se convirtió en uno de los clásicos de Hollywood hoy en día.

John Huston

“Let there be light”

 (1946)

Se quejó de que en un principio lo mandaron a las Islas Aleutianas donde no sucedía nada, fue hasta que hizo el documental San Pietro en Italia en 1945 que se sintió confortado, el filme fue actuado por soldados, ya que llegaron pocos días después de que los aliados derrotaron a las fuerzas del eje. En 1946, al regresar a Estados Unidos, reflejó el estrés postraumático que sufrían los hombres al volver a casa en un documental y causó tanto impacto en el ejército que fue prohibido por 30 años.

William Wyler

 “The Best Years of Our Live” (1946)

Reconocido por haber filmado documentales de combate aéreo, Wyler quedó sordo al subir a un bombardero B-25 sin protección auditiva, al regresar de Europa filmó en 1946 una cinta para exorcizar los demonios que le había dejado ela guerra, en donde tres veteranos se encuentran emocionalmente dañados y no saben cómo retomar su vida. Años después haría “Ben-Hur” (1959), ganadora de 11 premios Oscar.

John Ford

“The Searchers”

(1956)

El director de tacto osco que consideraba que su trabajo era como cualquier otro, se sentía orgulloso de haber servido a su patria, inclusive fue herido en combate. Tras la guerra se metió de lleno al western y siguió explorando los temas bélicos en varios de filmes, teniendo como actor principal a John Wayne en la cinta de 1956 que trató sobre un veterano de la guerra civil estadounidense que se embarca en la travesía de salvar a su sobrina de los comanches.

George Stevens

 “Gigante”

(1956)

Al igual que Ford, Stevens fue elegido por el general Dwight D. Eisenhower para ser quies filmarían el desembarco en Normandía, marcándolo de por vida. Pasó de ser un director de comedias a un director serio sin poder volver al humor, dándole a James Dean en 1956 su último protagónico antes de morir, junto a Elizabeth Tayor en el filme que ocurre en Texas alrededor de la vida de un ganadero y su familia. En 1959 volvió a recrear los horrores de la guerra al filmar la adaptación de “El diario de Ana Frank”.

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