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Tras la huella de Banksy

Para una sociedad tan acostumbrada a la visibilidad y a la promoción constante, resulta intolerable, hasta el punto del morbo, que el artista del momento carezca de rostro, nombre, apellido y pasado. 

Que, además, se comunique a través de grandes murales urbanos sin dejar huella y haga intervenciones ilegales en espacios públicos que, paradójicamente, terminarán vendiéndose de forma legal y en miles de dólares a través de casas de subasta y galerías de arte de todo el mundo. 

Para una sociedad tan acostumbrada a la visibilidad y a la promoción constante, resulta intolerable, hasta el punto del morbo, que el artista del momento carezca de rostro, nombre, apellido y pasado. 

Que, además, se comunique a través de grandes murales urbanos sin dejar huella y haga intervenciones ilegales en espacios públicos que, paradójicamente, terminarán vendiéndose de forma legal y en miles de dólares a través de casas de subasta y galerías de arte de todo el mundo. 

Este artista enmascarado, que nos escupe a la cara verdades incómodas sobre nuestra sociedad hipermoderna, actúa bajo el pseudónimo de “Banksy”. 

Aparte de su extensa obra en la calle, Banksy adquirió popularidad por haber entrado disfrazado a importantes museos del mundo burlando los sistemas de seguridad para colgar sus obras sin autorización. Sus primeras intervenciones consistieron en reproducir parodias de obras de arte y antigüedades que colocó en museos sin que nadie las descubriera. 

Así logró que sus piezas reposaran junto a obras históricas en instituciones como la Tate Modern, el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA) o el British Museum de Londres. El ejemplo más famoso fue cuando en mayo del 2005, colocó una piedra cualquiera a manera de pintura rupestre en el Museo de Historia Natural de Nueva York, que mostraba una figura humana empujando un carrito de supermercado y un bisonte al fondo. 

El logro de su burla ridiculizó a los expertos del museo que tardaron días en reconocer la pieza como falsa para, finalmente, removerla.

Pero Banksy no es un vándalo cualquiera. Además de vender sus cuadros hasta por 30 mil dólares, también trabaja para empresas como Puma o MTV. Los altísimos precios que han alcanzado sus obras en el mercado del arte a través de la galería de su agente, Steve Lazarides, le han ganado el título de “vendido” frente a otros artistas y activistas que encuentran una gran incongruencia en su discurso contra el capitalismo. 

Pero superando estas críticas sobre su entrada al mercado del arte, Banksy es quizá el mayor exponente del arte callejero actual por su extraordinaria capacidad de crítica, su camaleónica interacción con la ciudad y su osada selección de escenarios: él sabe poner el dedo en la llaga a la hora de buscar el escenario más controvertido políticamente y, con todo, seguir conservando el anonimato. 

En agosto del 2005 realizó murales sobre el Muro de Cisjordania, construido por Israel en los territorios ocupados de Belén, Ramala y Abu Dis. Este muro, que es mayormente conocido como el “Muro de la Vergüenza”, consta de una serie de nueve imágenes con una denuncia profunda a la inmoralidad de su construcción. En uno de los grafitis, Banksy pintó un hueco a través de los cuales se observaba un lugar paradisiaco del otro lado del territorio representando el sueño frustrado de los que estaban dentro. 

“El Gobierno Israelí está construyendo un muro que rodea los territorios palestinos ocupados. Tiene tres veces la altura del muro de Berlín, y acabará prolongándose por 700 kilómetros: la distancia entre Londres y Zúrich. Bajo la legislación internacional el muro es ilegal, y convierte a Palestina en la prisión más grande del mundo. También es el lugar de vacaciones definitivo para los que pintamos Graffitis”, dijo Banksy en 2005. 

“La colección de ratas”, es otra firma distintiva del artista. Representan la subcultura, a los pobres o a la gente que dentro de la sociedad reclama ser escuchada. 

“Yo tengo una fantasía: que todos los perdedores se unan. Que la escoria se junte en un buen equipo y todo lo underground suba a la ciudad y se manifieste”, señaló el artista en 2002. 

Obras con identidad propia

El arte mural de Banksy dentro del contexto urbano actual representa la expresión de una nueva poética del espacio, en la que las obras de arte adquieren una autonomía propia, se mueven, se transforman y desaparecen después con el tiempo. El grafiti es la esencia de la globalización actual: tiende a destruirse por la dinámica capitalista impuesta. 

Su última propuesta artística consiste en denunciar las atrocidades de las que ha sido capaz el hombre, copiando el formato del lugar más feliz del mundo: “Disneyland”. 

Con “Dismaland”, Banksy muestra su rechazo al capitalismo y, sobre todo, al imperialismo yanqui, a las empresas multinacionales y a la explotación del medio ambiente, a la guerra, los muros, el armamentismo, la sociedad sin escrúpulos, la inmigración, la superficialidad, el espionaje y el exhibicionismo, a través de personajes míticos del imaginario colectivo como Ariel, Cenicienta y Mickey Mouse.

Son rumores

1. Que Banksy es un decorador. Se rumora que es un artista llamado Robin Banks originario de Bristol, Inglaterra, que creció como pintor sin estudios superiores en arte. El nombre de Robin Banks es un juego de palabras que significa “robando bancos”.

2. Desde el 2007 se rumora que su verdadero nombre es Robin Gunningham, un ex alumno de la Bristol Cathedral School.

3. Que es el mítico artista de grafiti King Robbo. Las sospechas surgieron después de que Banksy pintara sobre una famosa obra Robbo en Camden, que había permanecido intocable por años. El mundo del grafiti impone un regla sagrada:  ningún grafitero debe pintar sobre el trabajo de otros, solo sobre el propio.

4. Que él es Damien Hirst. Ambos son originarios de Bristol. Hirst ha adquirido varias obras el artista y parte de su obra se expone actualmente en “Dismaland”. Por eso, muchas personas están convencidas de que Banksy es un invento de Hirst.

5. Que “Banksy” es en realidad un colectivo artístico integrado por varias personas que pintan al mismo tiempo.

6. Que “él” es en realidad “ella”. En 2014 se especuló que Banksy es una mujer, ya que su trabajo esta repleto de mujeres y niñas, a diferencia de la mayoría del arte callejero existente. 

En alerta y a la espera

Mientras el mundo permanece a la espera de su siguiente intervención, por ahora, solo es posible encontrarlo en varios libros autopublicados con fotografías de su obra y exposiciones, además de un documental dirigido y producido por él mismo. 

1. “Banging your head against a brick wall” (2001)

2. “Existencilism” (2002)

3. “Cut it out” (2004)

4. “Wall and Piece” (2005) por la editorial Random House. 

5.  En el año 2007, se escribieron dos libros sobre su obra. El primero, de Martin Bull, está titulado “Banksy Locations and Tours” donde se muestra una guía de ubicación geográfica de su grafiti. El segundo es “Banksy’s Bristol: Home sweet Home”, de Steve Wright. 

6. “Exit Through the Gift Shop” (2010), es su primera película como realizador cinematográfico, por la que fue nominado al Oscar a la Mejor Película Documental.

 

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