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Con la mira en Rectoría

El destino de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Máxima Casa de Estudios del país, estará en manos de uno de los 16 aspirantes que enviaron sus documentos para participar en el proceso de sucesión en la Rectoría.

Cada uno de los 16 considera tener méritos suficientes para liderar una de las universidades más importantes del continente.

Cada uno tiene propuestas concretas sobre lo que hará en caso de ser seleccionado líder de la Universidad

El destino de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Máxima Casa de Estudios del país, estará en manos de uno de los 16 aspirantes que enviaron sus documentos para participar en el proceso de sucesión en la Rectoría.

Cada uno de los 16 considera tener méritos suficientes para liderar una de las universidades más importantes del continente.

En orden alfabético, los aspirantes son: Sergio Alcocer Martínez de Castro, del Instituto de Ingeniería y exsubsecretario para América del Norte; Carlos Arámburo de la Hoz, coordinador de Investigación Científica; Francisco Gonzalo Bolívar Zapata, del Centro de Investigación sobre Ingeniería Genética y Biotecnología.

Están también María Leoba Castañeda Rivas, directora de la Facultad de Derecho; Fernando Rafael Castañeda Sabido, director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; Alejandro Díaz de León Martínez, académico de la Facultad de Estudios Superiores Acatlán; Javier de la Fuente Hernández, director de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Unidad León.

A ellos se suman como aspirantes Enrique Luis Graue Wiechers, director de la Facultad de Medicina; Héctor Hiram Hernández Bringas, coordinador de Planeación, Presupuestación y Evaluación; Juan Pedro Laclette San Román, coordinador de Estudios de Posgrado; y Leonardo Lomelí Villegas, director de la Facultad de Economía.

En la lista se encuentran también Luis Fernando Magaña Solís, investigador del Instituto de Física; Leopoldo Henri Paasch Martínez, exdirector de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia; Suemi Rodríguez Romo, exdirectora de la Facultad de Estudios Superiores Cuautitlán; Rosaura Ruiz Gutiérrez, directora de la Facultad de Ciencias; y Gloria Villegas Moreno, directora de la Facultad de Filosofía y Letras.

Ayer, la Junta de Gobierno de la UNAM hizo públicos los planes de trabajo que los aspirantes le entregaron.

Uno a uno, los universitarios reflexionan sobre lo que representa la Universidad para México y el mundo, y describen las líneas generales de su proyecto para dirigir la UNAM en el cuatrienio 2015–2019.

Será el 22 de octubre cuando la Junta de Gobierno dé a conocer quiénes son los candidatos finalistas, después de un proceso de cuatro semanas de consulta con diferentes grupos de la Universidad.

Ese día, el máximo órgano de gobierno de la UNAM invitará a estos finalistas a una entrevista para conversar sobre su proyecto a partir del 26 de octubre.

La decisión de los 15 miembros de la Junta de Gobierno sobre quién será el sucesor de José Narro, se dará a conocer antes del 15 de noviembre.

El nuevo rector de la UNAM entrará en funciones el 16 de noviembre.

Fortalecer los valores

Los aspirantes a la rectoría de la UNAM coinciden en la importancia de la Máxima Casa de Estudios en el contexto nacional e internacional.

Para todos, el centro de su atención es la formación de los alumnos y el desarrollo de la investigación científica.

Sin embargo, cada uno tiene propuestas concretas sobre lo que hará en caso de ser seleccionado líder de la Universidad.

Sergio Alcocer, por ejemplo, plantea que “nuestra Universidad deberá fortalecerse como (…) un espacio en que se valora la diversidad y también las coincidencias, y donde se ejerce sin cortapisas la libertad de cátedra, de investigación y de creación”.

Carlos Arámburo señala que “al interior de la UNAM, debe hacerse énfasis en el mejoramiento de la calidad de la enseñanza que se imparte, para que el alumno (elemento central de nuestro quehacer) adquiera las herramientas que incrementen sus capacidades para enfrentar de mejor manera la realidad”.

Francisco Bolívar se refiere en su plan de trabajo al problema de inseguridad y tráfico de estupefacientes en la UNAM, diciendo que “la UNAM no debe ni tiene la capacidad para formar una policía propia para contender con ello. La UNAM debe implementar una campaña más contundente y agresiva de rechazo a la violencia, a la inseguridad, a las drogas y a otros actos ilícitos”.

María Leoba Castañeda sostiene que “la resignificación de la autonomía universitaria debe conducir hacia una autonomía plena, la cual se asume como la capacidad de auto-gobernarse, auto-regularse, auto-organizarse académicamente y auto-gestionarse administrativamente, para consolidar el Estado de Derecho, sin ceder un ápice su libertad”.

Para Fernando Castañeda, “la UNAM debe conservar el carácter laico, público y plural (…) Tenemos que demostrar con argumentos universitarios, con toda la fuerza de la razón, que la inversión en la UNAM y en la educación pública, en general, es la mejor apuesta que un país puede hacer”.

Alejandro Díaz de León propone “desarrollar políticas universitarias que permitan que la juventud y la población docente den el máximo dentro de las aulas de nuestra Universidad”.

Javier de la Fuente expone la necesidad de extender las labores de la UNAM. “Es importante abogar por una visión de la UNAM que cumpla más plenamente su nombre y misión nacionales. La mayor parte de la presencia que tiene actualmente en los estados de la República es mediante institutos, centros o sus representaciones”.

Para Enrique Graue, es importante “una Universidad a la vanguardia de las tecnologías de la información, se expresa en la imperante necesidad de dar acceso a toda la comunidad y en todos los campi universitarios a las tecnologías de la información y comunicación, así como de capacitar a toda la comunidad en su empleo cotidiano.

Héctor Hiram Bringas propone “generar un programa de becas de excelencia que ofrezca a los mil jóvenes más talentosos egresados de las instituciones públicas de todas las entidades federativas, acceso directo a los programas de licenciatura de la UNAM”.

Juan Pedro Laclette también trata el problema de inseguridad de la UNAM, y dice: “garantizo mi compromiso de procurar un buen entendimiento con los tres niveles de gobierno para conseguir una adecuada atención a la problemática de inseguridad en nuestras instalaciones”.

Leonardo Lomelí refiere que “debemos contribuir a fomentar el diálogo, la tolerancia, la deliberación informada y respetuosa y el respeto a la legalidad, para construir una sociedad donde los valores de la tolerancia se encuentren firmemente arraigados y se aleje la posibilidad de una restauración autoritaria”.

Luis Fernando Magaña sostiene que “existen pasos que ayudarían a reforzar, consolidar y mejorar la calidad de los estudios de licenciatura. Por ejemplo, ampliar el programa de becas alimentarias, los apoyos tutoriales, los servicios médicos y los cursos propedéuticos”.

Leopoldo Henri Paasch se refiere al periodo del actual rector: “considero sobresaliente el rectorado del Dr. José Narro Robles, ya que se ha caracterizado por el logro de la estabilidad (…) Por ello, mi proyecto de trabajo de Rector para el periodo 2015-2019 es con base en la preservación y fortalecimiento de este valioso legado de estabilidad”.

Suemi Rodríguez asegura que “nuestra universidad debe renovarse, renacer si es preciso, para contribuir con toda su fuerza, con toda su inteligencia y con toda su pasión al rescate de México”.

Para Rosaura Ruiz, la Universidad ha de permanecer como un baluarte de la educación pública, laica, gratuita y de calidad como un derecho del pueblo mexicano (…) y, ante todo, reafirmarse como la conciencia crítica, la reserva moral y la suma de las fuerzas sociales progresistas, plurales y diversas que trabajan para hacer de México la nación con la que soñamos”.

Gloria Villegas propone la gestión de un presupuesto acorde a las necesidades de la institución para el cabal cumplimiento de sus fines, así como la generación de ingresos extraordinarios”