La reforma que divide

Tal y como lo prometió Donald Trump en campaña, la nueva propuesta de reforma sanitaria avanza en la Cámara de Representantes, un nuevo sistema que sustituya el actual Obamacare.

Sin embargo, el proyecto está causando divisiones entre los legisladores republicanos. Por un lado, en el ala dura de los conservadores creen que la propuesta quedó corta y por el otro los moderados creen que llega demasiado lejos.

“Prometimos al pueblo americano que drenaríamos el pantano y acabaríamos con los modos de Washington. Esta ley no lo hace”
Mike LeeSenador republicano
Obama sentó las bases para que los ciudadanos contrataran un servicio de salud 
y un plan reducido en costos para personas con menores ingresos

Tal y como lo prometió Donald Trump en campaña, la nueva propuesta de reforma sanitaria avanza en la Cámara de Representantes, un nuevo sistema que sustituya el actual Obamacare.

Sin embargo, el proyecto está causando divisiones entre los legisladores republicanos. Por un lado, en el ala dura de los conservadores creen que la propuesta quedó corta y por el otro los moderados creen que llega demasiado lejos.

Esta situación de tensión al interior del seno republicano ha ocasionado que desde la Casa Blanca, tanto el presidente Trump como sus más cercanos colaboradores hayan tenido que salir a participar más activamente en el cabildeo de la iniciativa.

Ajena a las intrigas políticas de Washington, gran parte de la población rechaza la reforma, y asociaciones de médicos alertan que millones de personas podrían perder su cobertura médica.

Aunque los liderazgos republicanos respaldan abiertamente el proyecto, al interior de la bancada aún hay escepticismo sobre el mismo, y contrario a lo que presagió Trump, no parece que el trámite se vaya a resolver rápidamente.

Si cuando era oposición, toda la bancada republicana rechazaba de forma unánime la reforma sanitaria impulsada por Obama en 2010, hoy que tiene la presidencia y el control de ambas cámaras no logra encontrar el punto medio para sustituirla.

La Ley de Cuidados Accesibles, mejor conocida como Obamacare, uno de los principales legados de Barack Obama, fue firmada en 2010, y entre otras cosas estableció la obligatoriedad para todos los estadounidenses de contar con un seguro de salud, además de ofrecer apoyo a quienes no tengan medios para pagar uno.

Para entender la importancia de la reforma sanitaria de la administración de Obama, y la iniciativa de ley republicana para modificarla, hay que señalar que Estados Unidos no tiene un servicio de salud pública como el que hay en México, por ejemplo.

Obama sentó las bases para que la gran mayoría de los ciudadanos contrataran un servicio de salud y por el otro instauró un plan subsidiado –reducido en costos- para personas con menores ingresos e indigentes.

Alrededor de 20 millones de personas consiguieron un seguro gracias al proyecto del expresidente.

La intención republicana de echar abajo la herencia de Obama se sustenta en dos pilares: primero está el tema de las libertades individuales, y sobre ello concluyen que el Estado no puede obligar a una persona a comprar nada, ni siquiera tratándose de una cobertura de salud.

El segundo factor está en el punto de vista económico, por el costo que los subsidios le generan al gobierno estadounidense.

Sin punto medio

La propuesta presentada por el líder de la bancada republicana Paul Ryan -aunque orquestada por Trump- trata de conciliar las principales inquietudes del bando conservador, sin embargo, no ha podido generar consenso.

Entre los puntos centrales del proyecto republicano está justamente la sustitución del subsidio por una disminución de la carga impositiva a la personas que quieran contratar un seguro, y lo más importante es que quita la obligatoriedad a que lo contraten.

El programa para los menos favorecidos, Medicaid, será congelado en el año 2020 si se aprueba la propuesta, aunque el núcleo duro de los legisladores republicanos ya ha criticado la misma por considerarla lejano a las expectativas.

Uno de los críticos ha sido el senador republicano Mike Lee.

“Esto no es lo que estábamos esperando. Es una oportunidad perdida y un paso en la dirección equivocada. Prometimos al pueblo americano que drenaríamos el pantano y acabaríamos con los modos de Washington. Esta ley no lo hace”, afirmó Lee.

En el otro extremo están los republicanos moderados, quien temen no solo que el plan vaya demasiado lejos, argumentando que no hay un estudio confiable que permita saber un estimado de personas que serían afectadas, y piden no pasar la reforma sacrificando a las personas más vulnerables y enfermas.

La preocupación va también en el sentido de la afectación a la base electoral republicanaque llevó a Trump a la presidencia, que le podría costar votos en el mediano plazo.

De ese sector marginado, enojado por la falta de oportunidades, desempleados, inconformes con la clase política: ¿cuántos han sido favorecidos por el Obamacare y cuántos podrían perder esos beneficios?

Por su salud

El proyecto de reforma sanitaria que plantea el Partido Republicano lo confronta al interior:

ALA DURA

> Pretende sustituir el subsidio por una disminución de la carga impositiva a la personas que quieran contratar un seguro.

> Quita la obligatoriedad a que los ciudadanos contraten el seguro.

> El programa para los menos favorecidos, Medicaid, sería congelado en el año 2020.

ALA MODERADA

> Argumenta que no hay un estudio confiable que permita saber un estimado de personas que serían afectadas.

> Piden no pasar la reforma sacrificando a las personas más vulnerables y enfermas.

> Le preocupa afectar a la base electoral que llevó a Trump a la presidencia, y perder votos en el mediano plazo.

Riesgo para millones

Algunas de las principales organizaciones de médicos y hospitales en Estados Unidos, las mismas que se sumaron al proyecto sanitario de Obama en 2010, han manifestado un enérgico rechazo a la reforma que pretende Donald Trump, por el temor de que aumente el número de personas sin seguro médico.

En una carta enviada al Congreso estadounidense, la Asociación de Médicos de América (AMA) afirmó que el proyecto republicano provocará irremediablemente no solo un descenso en el número de asegurados, sino que podría causar un severo daño a los grupos más vulnerables.

De acuerdo con la AMA, la iniciativa del Partido Republicano reduce los subsidios económicos para las personas sin recursos y para la gente de la tercera edad, entre otros sectores, lo que traería como consecuencia que millones de norteamericanos perdieran su seguro.

La Asociación de Hospitales de América (AHA) también se ha pronunciado en contra de los recortes en Medicaid, afirmando que el esfuerzo por estructurar este programa supone una reducción importante para la atención a los más vulnerables.

Desde la Casa Blanca ya han salido al paso ante estos señalamientos. La semana pasada el vocero Sean Spicer rechazó que la iniciativa de ley tenga esa intención y atribuyó las críticas a que estos grupos, donantes a campañas de políticos, no serán igual de recompensados como en la reforma anterior.

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