El precio de la democracia en Sudán
El país africano lleva más de 24 años sin conocer la democracia, después de un golpe militar y de pactarse un gobierno con liderazgo civil, el primer ministro fue víctima de un atentado
Indigo StaffSudán apenas tiene 7 meses de vivir en un gobierno civil y ayer un atentado casi termina con la vida del primer ministro Abdalla Hamdok, acción que agudizará la profunda crisis social, política y económica que padece el país de África oriental.
Desde 1996, Sudán era, en teoría, una República federal democrática, representativa y presidencialista, pero en la práctica padecía un sistema autoritario controlado por el Partido del Congreso Nacional quienes controlaban al Ejecutivo, Legislativo y al Poder Judicial.
Cansados del autoritarismo, el 11 de abril del 2019, y después de 4 meses de protestas violentas, el Ejército sudanés derrocó al hasta entonces presidente, Omar al-Bashir, con la promesa de que controlarían el gobierno durante dos años y después por fin convocarían a elecciones libres.
En ese entonces el líder militar, Awad Mohammed Ibn Out, agregó en un mensaje difundido por televisión que durante los siguientes tres meses permanecería un estado de emergencia y que el Ejército también suspendería la Constitución, cerraría fronteras y el espacio aéreo.
Las medidas ocasionaron descontento en la población por lo que volvieron a salir a las calles a protestar. Tras meses de negociaciones, el Ejército y el movimiento prodemocracia alcanzaron un acuerdo para compartir el poder en agosto pasado.
Hamdok fue nombrado primer ministro luego de que ambas partes firmaran un acuerdo para sustituir el viejo régimen de Oman al Bashir por uno de liderazgo civil. El acuerdo estableció un consejo soberano de 11 miembros civiles y militares que gobernarían durante los próximos tres años.
Pero en la práctica las Fuerzas Armadas han estado poco dispuestos a entregar el poder al Gobierno civil.
Por lo pronto, Sudán, afronta una grave crisis económica reflejada en una inflación del 60 por ciento y una tasa de desempleo que para finales del año pasado era del 22.1 por ciento. Además, el 30 por ciento de los jóvenes sudaneses, quienes suman más de la mitad de los 42 millones de los pobladores, están en paro.
Hace dos meses, el Ejército sofocó un intento de rebelión de afines al régimen anterior de al-Bashir, quien actualmente se encuentra encarcelado por corrupción y a la espera de ser juzgado por crímenes de guerra, contra la humanidad y genocidio.
El atentado al primer ministro de Sudán
El día de ayer, el primer ministro de Sudán, Abdalla Hamdok sobrevivió a un intento de asesinato tras una explosión en la capital del país, Jartum, sin que ningún grupo se atribuyera el atentado.
Según medios locales, el ataque ocurrió cuando Hamdok se dirigía desde su residencia hasta la sede del Gobierno para presidir un consejo de ministros. A la altura de un puente conocido como Kober y al paso de la comitiva oficial, un vehículo explotó y después hubo un intercambio de disparos.
Por el ataque solo hubo una persona con lesiones leves en el hombro. El mismo Hamdok condenó los hechos y confirmó que se encontraba a salvo.
Por su parte, el gobernador de Jartum, aliado de Hamdok, dijo que ya investigaban a los causantes del ataque y que la revolución ya no podría ser parada.
“Una sola cosa que tienen que conocer los cobardes: si Hamdok se marchara, van a venir mil Hamdoks más. Esta revolución nunca va a parar”, dijo.