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Un precio que no motiva

La abrupta caída en el precio del petróleo amenaza los potenciales beneficios de la reforma energética de México.

El precio del barril Brent, de referencia internacional, ha caído casi 12 por ciento en el último mes

El martes de la semana pasada, con un declive de 4.3 por ciento, el Brent vivió su peor jornada desde septiembre del 2011.

Por su parte, el barril West Texas Intermediate, de referencia en Estados Unidos, llegó a un nivel de alrededor de 81 dólares la semana pasada, tocando mínimos que no se veían desde junio del 2012.

Analistas predicen que la tendencia bajista eventualmente obligará a los países y a las firmas petroleras a recortar su producción para detener la caída del precio del crudo
De acuerdo a cálculos basados en cifras de Pemex, si ninguna empresa petrolera explota estos campos significaría una pérdida potencial de 90 mil millones de barriles de petróleo
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La abrupta caída en el precio del petróleo amenaza los potenciales beneficios de la reforma energética de México.

El precio del barril Brent, de referencia internacional, ha caído casi 12 por ciento en el último mes

El martes de la semana pasada, con un declive de 4.3 por ciento, el Brent vivió su peor jornada desde septiembre del 2011.

Por su parte, el barril West Texas Intermediate, de referencia en Estados Unidos, llegó a un nivel de alrededor de 81 dólares la semana pasada, tocando mínimos que no se veían desde junio del 2012.

En promedio, de junio a la fecha los precios del petróleo se han desplomado casi 21 por ciento.

Analistas consultados por el diario The Wall Street Journal estiman una caída adicional de 10 dólares por barril en el futuro próximo.

Los bajos precios del petróleo desincentivan la inversión de las firmas petroleras, ya que las ganancias potenciales se reducen.

Esto orilla a las grandes firmas energéticas hacia un proceso de desinversión, especialmente en desarrollos con un alto grado de dificultad técnica. 

Los costos de producción y exploración son relativamente altos para la explotación de aguas profundas y recursos no convencionales como el gas shale. 

Sin embargo, es en estos campos donde se encuentra la mayoría de los recursos prospectivos de México.

Dada la alta necesidad de capital y la incertidumbre respecto de la probabilidad de éxito comercial, Pemex únicamente explotará el 21 por ciento de estos campos.

La Secretaría de Energía pretende que el sector privado se encargue del resto mediante alguna figura estipulada en la reforma energética: licencia, producción compartida o utilidad compartida.

En un contexto de precios del petróleo bajos, el alto riesgo que implican los desarrollos de explotación de aguas profundas y recursos no convencionales levanta dudas sobre el cumplimiento de objetivos de la reforma energética.

Tanto las metas de producción de largo plazo como la llegada de inversión extranjera directa están siendo puestas en tela de juicio.

De acuerdo a cálculos basados en cifras de Pemex, si ninguna empresa petrolera explota estos campos significaría una pérdida potencial de 90 mil millones de barriles de petróleo.

Recortando inversiones

La coyuntura de precios bajos de crudo está redefiniendo las posturas estratégicas de las principales firmas petroleras a lo largo el globo. 

De 2008 al 2012, el precio del petróleo pasó de tocar mínimos debajo de los 35 dólares a máximos de alrededor de 118 dólares.

Las empresas petroleras capitalizaron esta brecha de precios e invirtieron un gran excedente de recursos en proyectos de alto costo.

Las inversiones incluyeron desarrollos de cuencas de gas shale, así como exploración en aguas profundas a lo largo y ancho del planeta.

La consultora EY estima que las compañías petroleras invirtieron en más de 163 proyectos con una valuación total de 1.1 billones de dólares.

Expertos en la materia consideran que la supervivencia de estos proyectos depende en gran medida de un mercado de altos precios de petróleo.

La consultora Douglas-Westwood calcula que los proyectos de alto costo de las firmas petroleras necesitan que el barril Brent cotice en promedio 120 dólares para poder redituar flujo de efectivo positivo. 

Algunas de las principales firmas energéticas del mundo están posponiendo o clausurando un gran número de estos proyectos.

Brittish Petroleum (BP) suspendió temporalmente su proyecto de aguas profundas “Mad Dog Phase 2” en el Golfo de México.

La firma de consultoría Bernstein Research estima que las operaciones actuales de BP y Royal Dutch Shell necesitan que el precio del crudo supere los 85 dólares para no incurrir en pérdidas. 

Agrega que un baja sostenida en el precio obligará a las compañías a posponer o suspender desarrollos prospectivos.

Antes de que la tendencia a la baja del precio de crudo se profundizara, las grandes firmas petroleras ya habían anunciado fuertes recortes de gasto.

Royal Dutch Shell reducirá su gasto en 20 por ciento en relación al año pasado; Hess hará lo propio en un 15 por ciento; mientras que Chevron y Exxon esperan recortes de entre 5 y 6 por ciento para este año.

Además, analistas predicen que la tendencia bajista eventualmente obligará a los países y a las firmas petroleras a recortar su producción para detener la caída del precio del crudo. 

Carlyle IE Partners, una firma de consultoría, ha dicho que las grandes firmas petroleras pondrán a la venta más de 300 mil millones de dólares en activos.

BP y Royal Dutch Shell se desharán de activos por alrededor de 60 mil millones de dólares. 

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La promesa del shale Por Rodrigo Carbajal 

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