Efecto psicológico

La expectativa generada por las políticas económicas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha marcado un punto y aparte en el sentimiento del mercado en 2016.

La expectativa generada por las políticas económicas del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha marcado un punto y aparte en el sentimiento del mercado en 2016.

A principio de año, los mercados accionarios presentaron su peor inicio desde 1999. El pesimismo se convirtió en una constante a lo largo del año: la volatilidad derivada de la reticencia de la Reserva Federal a elevar su tasa de interés de referencia (tal como estaba proyectado por los miembros del banco central), la persistencia de más de 13 billones de dólares en bonos con tasas de interés negativas y eventos geopolíticos como la salida de Reino Unido de la Unión Europea se tradujeron en un sentimiento consistente de aversión al riesgo.

Sin embargo, la llegada de Trump a la Casa Blanca es vista como una oportunidad para romper con el status-quo de baja inflación y bajo crecimiento que ha predominado en las economías avanzadas desde la crisis global de 2008.

Ray Dalio, director y presidente de Bridgewater Associates, argumenta que, más allá de los efectos que puedan tener las políticas favorables al crecimiento de Trump, la nueva administración podría propiciar un efecto psicológico que desencadene la inversión productiva.

“Este cambio en particular de la administración de Trump podría tener un impacto mucho mayor en la economía estadounidense que aquél que pudiéramos calcular en función de los cambios al código fiscal o a la política de gasto”, escribió Dalio en su cuenta de LinkedIn.

El razonamiento del director de Bridgewater Associates, el fondo de cobertura (hedge fund, en inglés) más grande del mundo, está basado en el hecho de que el gobierno será dirigido por figuras pragmáticas con un amplia experiencia en el sector privado. Dalio sugiere que el aprecio de estos personajes por políticas amigables al mercado dará lugar a lo que los Premio Nobel en Economía, George Akerlof y Robert Shiller, denominan “espíritus animales”.

La expectativa de Ray Dalio es que el cambio ideológico que representará el nuevo gobierno de Trump tendrá un efecto más significativo sobre la economía que aquél que derivó de la llegada al poder Ronald Reagan en Estados Unidos y de Margaret Thatcher en Reino Unido a final de la década de los setentas.

En cierto sentido, esta postura ha sido reafirmada por la última encuesta del diario Wall Street Journal y la cadena NBC respecto a las perspectivas económicas de los ciudadanos estadounidenses. El 42 por ciento de los encuestados respondieron que la economía doméstica mejorará en el siguiente año, el nivel más elevado desde el 2012.

Por otra parte, si quedaba alguna duda de que la administración de Donald Trump tendrá un sello corporativo, el presidente electo designó a Carl Icahn como asesor independiente (no remunerado) para la reforma regulatoria que planea implementar el siguiente gobierno. Icahn representa al arquetipo del inversor activista y es una de las voces más influyentes de Wall Street. 

Los cuatro pragmáticos

A pesar de que no serán los únicos miembros del gobierno con experiencia en el sector privado, estos cuatro personajes tomarán las decisiones más importantes de política económica, comercial y exterior.

Rex Tillerson

Director general de ExxonMobil

Secretario de Estado

 

Steve Mnuchin

Fundador de un hedge fund y socio de Goldman Sachs

Secretario del Tesoro

 

Wilbur Ross

Inversionista multimillonario (conocido como “el rey de la bancarrota”)

Secretario de Comercio

 

Gary Cohn

Presidente de Goldman Sachs

Director del Consejo Económico Nacional de la Casa Blanca

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