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México no pierde brillo

El Mexican Moment aún sigue vivo, al menos en lo que respecta al mercado de deuda soberana del país.

A pesar de las preocupaciones de analistas en relación a la inseguridad, a la baja en el precio del petróleo y a la reducción de expectativas de crecimiento, la demanda por bonos gubernamentales registra niveles históricos.

Banco de México señala que el saldo de la deuda en poder de residentes en el exterior alcanzó un nivel récord de 2.06 billones de pesos al cierre del 11 de noviembre. 

3.5
puntos porcentuales es el diferencial de tasas entre el Bono M a diez años y su similar del Tesoro de Estados Unidos
La percepción del mercado es que México cuenta con niveles adecuados de deuda, déficit, inflación, reservas y cuenta corriente
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El Mexican Moment aún sigue vivo, al menos en lo que respecta al mercado de deuda soberana del país.

A pesar de las preocupaciones de analistas en relación a la inseguridad, a la baja en el precio del petróleo y a la reducción de expectativas de crecimiento, la demanda por bonos gubernamentales registra niveles históricos.

Banco de México señala que el saldo de la deuda en poder de residentes en el exterior alcanzó un nivel récord de 2.06 billones de pesos al cierre del 11 de noviembre. 

Esto significa casi un 80 por ciento de las reservas internacionales del banco central.

En febrero de este año, la calificadora Moody’s otorgó a la deuda soberana de México la calificación de A3, dos escalones debajo del máximo puntaje posible. 

La firma argumentó que los fundamentales macroeconómicos y el potencial de crecimiento derivado de las reformas estructurales fueron factores determinantes para asignar el grado de inversión.

Las políticas de inversión de grupo conservadores, como los fondos de pensión, se limitan a la operación de valores con una calificación mínima de A3 o su equivalente. 

Por lo tanto, la deuda mexicana se volvió disponible para un gran número de inversores institucionales a lo largo del globo.

México y Chile son los únicos países en América Latina que cuentan con esta calificación.

Desde la asignación del grado de inversión, la confianza de los inversionistas internacionales en México se ha visto reflejada en el mercado de deuda nacional. 

Este grupo se convirtió en el principal tenedor de títulos gubernamentales en el país, por encima de entidades como las aseguradoras y los bancos comerciales.

Los bonos mexicanos más demandados por los extranjeros son los de largo plazo. 

El saldo de este tipo de instrumentos alcanzó un máximo de 1.33 billones de pesos, de los cuáles casi dos terceras partes está en manos de foráneos. 

El discurso del Gobierno de la República asegura

que esto refleja la certeza que tiene el mundo respecto del futuro económico mexicano.

Gobierno aprovecha

El Gobierno de México ha aprovechado estas condiciones para obtener financiamiento alrededor del globo. 

La Secretaría de Hacienda ha emitido deuda en los mercados internacionales cinco veces en lo que va del año, incluyendo dos series de bonos de cien años.

Hasta el momento, se han suscrito inversionistas a los títulos mexicanos de deuda internacional por más de 11 mil millones de dólares. Los bonos soberanos están denominados en dólares, yenes y libras.

La semana pasada, la Secretaría de Hacienda realizó una emisión de instrumentos de deuda que busca captar 6.3 mil millones de dólares.

El endeudamiento mexicano ocurre en un contexto donde los ingresos fiscales petroleros están disminuyendo a raíz de una producción en declive. 

Asimismo, los criterios de política económica del Gobierno de México buscan que el gasto público dirija la recuperación de la economía nacional.

Harina de otro costal

Las tasas de interés en las principales economías del mundo se encuentran en niveles cercanos a cero. 

Esto vuelve poco atractivo el rendimiento de sus bonos de deuda en relación a los países emergentes, cuyos tipos de interés son más elevados.

La cuenta de capital de América Latina está siendo inundada por capitales de todo el mundo.

Pero los analistas no atribuyen esta tendencia a una condición estructural, si no a una coyuntura de falta de oferta de deuda y de liquidez en el sistema financiero.

José Luis Daza, analista de la firma QFR Capital Management, considera que existe una escasez estructural de bonos en el mercado. 

Por lo tanto, existe una fuerte demanda de deuda latinoamericana a pesar de que la región no cuenta con fundamentales sólidos.

Analistas coinciden en que esto significa un riesgo, ya que países en problemas podrían percibir esta entrada de capitales como un voto de confianza del exterior. 

Si se añade más deuda a una economía con un fuerte déficit fiscal o con un problema en su cuenta corriente, las consecuencias podrían ser catastróficas.

Sin embargo, México no es visto como cualquier otro país de América Latina. A diferencia del resto de la región, la economía mexicana depende de su sector manufacturero y no de la exportación de materias primas.

Actualmente, los países latinoamericanos están sufriendo el fin del boom de materias primas dada una desaceleración de la economía de China.

México encuentra beneficios en este escenario ya que los insumos de sus manufacturas se vuelven más baratos. 

Además, China representa un competidor directo de las exportaciones de bienes manufacturados mexicanos.

La percepción del mercado es que México cuenta con niveles adecuados de deuda, déficit, inflación, reservas y cuenta corriente. De igual manera, el país posee un sistema monetario de tipo de cambio libre que privilegia el libre flujo de capitales.

Esto, aunado a un diferencial de tasas de más de 3.5 puntos porcentuales entre el bono M a diez años y su similar estadounidense, vuelve al país atractivo para la captación de recursos en un mercado donde Japón y Europa preparan inyecciones de liquidez.

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