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Los obstáculos de Pemex

Con su monopolio en el sector energético del país llegando a su fin, Petróleos Mexicanos pronto tendrá que competir con empresas privadas para mantener su lugar en el mercado. Pero en esta transición la ahora empresa productiva del Estado se enfrenta a una serie de obstáculos que amenazan su futuro. Los tres principales retos son el declive que su volumen de producción ha sufrido en la última década, la caída que los precios petroleros han experimentado desde el año pasado, y sus enormes e ineficientemente administrados pasivos laborales.

10
por ciento del PIB de México es a lo que aproximadamente equivalen los pasivos laborales de Pemex, según cálculos de la SHCP
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Con su monopolio en el sector energético del país llegando a su fin, Petróleos Mexicanos pronto tendrá que competir con empresas privadas para mantener su lugar en el mercado. Pero en esta transición la ahora empresa productiva del Estado se enfrenta a una serie de obstáculos que amenazan su futuro. Los tres principales retos son el declive que su volumen de producción ha sufrido en la última década, la caída que los precios petroleros han experimentado desde el año pasado, y sus enormes e ineficientemente administrados pasivos laborales. La presión para atender estos problemas adecuadamente es cada vez mayor, tanto para Pemex como para el Gobierno, que depende de ésta para financiar sus gastos.

Precios en picada

En el último año los ingresos de Pemex, tal y como los de otras empresas energéticas alrededor del mundo, se han visto presionados por el declive que han experimentado los precios petroleros.

El precio de la Mezcla Mexicana de crudo pasó de más de 102 dólares por barril a finales de junio del año pasado a casi 44 dólares por barril la semana pasada, lo cual representa una caída de más de 57 por ciento.

Esto se alinea con la caída que han sufrido los precios del WTI, de referencia estadounidense, y el Brent, de referencia internacional. Durante el mismo periodo, el precio del WTI cayó casi 62 por ciento, mientras que el del Brent cayó casi 55 por ciento.

Según un análisis del banco Goldman Sachs, la baja demanda global ha contribuido a estas caídas, pero el principal culpable ha sido el exceso de oferta petrolera alrededor del mundo. 

Y al tomar en cuenta que la producción petrolera no muestra señales de frenarse, los expertos concluyen que por lo menos durante los próximos dos años los precios se mantendrán muy por debajo de su nivel promedio de la última década.

Estos precios ya están presionando a Pemex que en febrero tuvo que anunciar un recorte de su presupuesto.

Producción decepcionante

Además de obtener menos ingresos por cada barril de petróleo producido debido a la caída en los precios energéticos, las finanzas de Pemex se ven presionadas por un fuerte declive en su producción.

Una década después de alcanzar su récord histórico de casi 3 mil 383 miles de barriles diarios (Mbd) en 2004, el año pasado la producción petrolera del país fue de sólo casi 2 mil 429 Mbd. Esto representa una caída de más de 28 por ciento en los últimos diez años.

Para poder cambiar esta situación, Pemex tendría que invertir en nuevos yacimientos, ya que sus sitios de producción tradicionales como Cantarell se encuentran en declive. Pero si esto era difícil de lograr en el pasado, los recortes presupuestarios actuales lo vuelven aún más difícil.

Es por esto que Mario Beauregard, director de finanzas de Pemex, apunta que las alianzas de inversión con empresas del sector privado serán imprescindibles para poder detonar el crecimiento.

La semana pasada Beauregard explicó en entrevista con el diario El Economista que Pemex buscaría este tipo de alianzas no sólo en la exploración y producción petrolera, sino además en otras actividades como refinación, petroquímica, y distribución de productos.

Pantano de pasivos

Además del doble reto en la producción y los precios petroleros, Pemex tiene que lidiar con una difícil reestructuración de sus pasivos laborales, que equivalen hasta a 10 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México según cálculos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Este enorme monto de pasivos representa un lastre que volvería a Pemex mucho menos competitiva que sus contrapartes del sector privado una vez que éstas entren al sector energético.

Es por esto que la empresa se encuentra en negociaciones, con fecha límite el próximo 11 de agosto, con el Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana (STPRM). 

La directiva de Pemex busca alzar la edad de jubilación desde su actual nivel de 55 años y convencer a los trabajadores a migrar de su actual régimen de retiro al sistema de administradoras de fondos de retiro (AFOREs).

Sin embargo, directivos de Pemex como Beauregard reconocen que lograr esto requeriría un cambio radical en el paradigma laboral para lograr la cooperación del STPRM.

Pemex está buscando recortar su gasto corriente en servicios de personal, incrementando su eficiencia en las contrataciones y mantenimiento de plazas.

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