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El ogro de la deflación

Para los consumidores, el que los precios caigan podrá parecer algo bueno, pero para las autoridades económicas es una pesadilla.

La caída sostenida y generalizada de precios en una economía, o deflación, fue llamada “el ogro contra el que debe lucharse decisivamente” por Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), a inicios del 2014.

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por ciento el objetivo aproximado (cerca, pero por debajo de éste) de inflación a mediano plazo del BCE; éste no se ha cumplido desde inicios del 2013
"Necesitamos que el BCE haga más y necesitamos que decida hoy. Pero pensar que el BCE tiene una varita mágica y que cambiará toda la situación en Europa, en mi opinión, no es el razonamiento apropiado"
Jean-Claude TrichetEx-presidente del Banco Central Europeo
https://www.youtube.com/watch?v=B9gSic_qDGY

Para los consumidores, el que los precios caigan podrá parecer algo bueno, pero para las autoridades económicas es una pesadilla.

La caída sostenida y generalizada de precios en una economía, o deflación, fue llamada “el ogro contra el que debe lucharse decisivamente” por Christine Lagarde, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), a inicios del 2014.

“Con la inflación progresando por debajo de los objetivos de muchos bancos centrales, vemos una alza de los riesgos de deflación, los cuales podrían resultar desastrosos para la recuperación (económica)”, apuntó Lagarde en su discurso.

Y ahora, con la precipitada caída que los precios petroleros experimentaron en la segunda mitad del 2014, el ogro de la deflación se ha fortalecido.

El problema de este fenómeno se debe a que cuando los precios caen, la expectativa de declives subsecuentes cobra fuerza. Las consecuencias son  muy negativas: los consumidores dejan de gastar, las empresas frenan sus inversiones y contrataciones, y las deudas, tanto públicas como privadas, se vuelven más difíciles de liquidar.

El resultado es una crisis económica difícil de combatir, ya que es más fácil lidiar con la inflación que la deflación. La caída de precios, después de todo, fue un factor clave tanto en la Gran Depresión como en las décadas perdidas que Japón ha experimentado desde los noventa.

Europa es actualmente la región más amenazada por la deflación, habiendo experimentado una caída anualizada de 0.2 por ciento en la tasa de inflación de la eurozona durante diciembre del 2014.

El FMI estima casi un 40 por ciento de probabilidades de que Europa caiga en recesión este año, por lo que se teme que una nueva crisis europea contagie al resto del mundo. 

Mientras tanto, el FMI y el Banco Mundial ya han recortado sus pronósticos de crecimiento económico para este año, tanto para Europa como para el mundo.

Rescate tardío

Con las preocupaciones deflacionarias en aumento, se prevé que el día de hoy Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo (BCE), anuncie el lanzamiento de un programa de relajación cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés) para estimular la economía de la eurozona.

El programa de QE del BCE, como los utilizados antes por la Reserva Federal (Fed) y el Banco de Inglaterra, realizaría compras mensuales de activos (en este caso bonos) para inyectar dinero a la economía, estimulando así la inversión y el consumo y levantando la inflación.

Draghi presentó ayer una propuesta de estímulo que consistiría en compras mensuales de 50 mil millones de euros durante todo el 2015 y el 2016. Esta propuesta aún debe ser aprobada por el consejo de gobierno del BCE, donde se enfrenta a la oposición de Alemania.

El banquero podría ofrecer concesiones para asegurar el apoyo alemán, por ejemplo manteniendo los bonos comprados en manos de los bancos centrales nacionales para que los riesgos y las pérdidas no se repartan entre todos los países miembro de la eurozona.

Pero autoridades de otros países europeos junto con el FMI advierten que esto debilitaría la efectividad del programa.

Además, puede que aún con el QE ya sea demasiado tarde para que el BCE combata efectivamente la deflación. Nouriel Roubini, economista que predijo la crisis del 2008, caracterizó el posible programa del BCE como pequeño y tardío.

Lecciones del QE

Con el BCE acercándose cada vez más a la implementación de un programa de QE, el banco europeo puede aprender lecciones de otros bancos centrales que recientemente han utilizado esta medida heterodoxa para estimular sus economías.

Pero la historia ofrece evidencia contradictoria en este sentido. Mientras que el QE usado por la Fed logró dar un estímulo a la economía estadounidense sin que la inflación se saliera de control, el ejemplo de Japón muestra que el QE también puede resultar decepcionante.

El ambicioso programa de compra de activos del Banco de Japón, junto con un aumento en los impuestos por parte del gobierno del primer ministro japonés Shinzo Abe, sí han logrado levantar la tasa de inflación del país después de años de deflación.

Pero el crecimiento económico no sólo sigue sin despegar en Japón, sino que está cayendo. El país entró en una recesión técnica a finales del 2014, después de dos trimestres consecutivos de contracción económica.

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