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El difícil mundo de las PyMEs

En México, mantener una pequeña o mediana empresa no es negocio fácil. 

Datos del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE) indican que el 66 por ciento de las empresas no logra sobrevivir una generación, el 85 por ciento de las restantes desaparece para la tercera generación.

Sólo el 5 por ciento de las sobrevivientes sigue activa para la cuarta generación.

18%
de las PyMEs se enfocan en la manufactura, y el 9 por ciento a otras actividades
El 90 por ciento de las empresas mexicanas son negocios familiares, y la institucionalización es poco común en ellas
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En México, mantener una pequeña o mediana empresa no es negocio fácil. 

Datos del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresas (IPADE) indican que el 66 por ciento de las empresas no logra sobrevivir una generación, el 85 por ciento de las restantes desaparece para la tercera generación.

Sólo el 5 por ciento de las sobrevivientes sigue activa para la cuarta generación.

Esto preocupa al tomar en cuenta que las pequeñas y medianas empresas (PyMEs) representan el 29 por ciento del producto interno bruto (PIB) de México y el 32 por ciento del empleo mexicano, según datos de la Secretaría de Economía. 

Si a estas se agregan las microempresas, el peso aumenta considerablemente, ya que la proporción del PIB pasa a ser del 77 por ciento, y la del empleo pasa a ser del 73 por ciento.

El 2013 fue particularmente difícil para las PyMEs, ya que estas empresas dejaron de generar casi 100 mil plazas de trabajo durante el año. 

Esto representa su peor contracción en generación de empleo desde el 2005, según apunta la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo elaborada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Mario Rizo, socio en la consultora Salles, Sainz-Grant Thornton, apunta que un factor en común de las empresas que logran sobrevivir es la institucionalización.

Mediante la implementación de un sistema de gobierno corporativo, estas empresas logran profesionalizarse y obtener mejores resultados en productividad, rendición de cuentas y transparencia.

Sin embargo, un factor que dificulta esto es que el 90 por ciento de las empresas mexicanas son negocios familiares, y la institucionalización es poco común en este rubro. Rizo apunta que la participación de las familias en las empresas ocasiona problemas en las operaciones del negocio, ya que todos se perciben como dueños de la empresa, faltan jerarquías y líneas de mando, y no hay claridad ni eficacia en la contratación de empleados.

Para poder contrarrestar estos problemas, sería necesario implementar un gobierno corporativo que tome en cuenta el carácter familiar de la empresa al mismo tiempo que busca proteger los intereses del negocio. 

Esto requeriría clarificar los roles y responsabilidades de los miembros, disciplina y compromiso para que la empresa actúe con responsabilidad y profesionalización, y la regulación apropiada de las discusiones estratégicas de la empresa.

¿Qué son las PyMEs?

A pesar de la frecuencia con que se usa el término PyMEs, es común desconocer lo que rodea la distinción por tamaño de las empresas. 

En términos simples, la clasificación tiende a referirse al tamaño de la empresa en materia de empleo. 

Las pequeñas empresas son aquellas que operan con entre 10 y 50 empleados, mientras que las medianas son aquellas que emplean entre 51 y 250 personas.

Fuera de este rango, las empresas grandes son aquellas que operan con 251 empleados o más, mientras que las microempresas son aquellas que emplean a menos de 10 personas. Estas últimas son particularmente importantes, pues representan al 96 por ciento de las empresas mexicanas. 

Las grandes representan solo el 0.2 por ciento, mientras que las pequeñas y medianas ocupan el 3 y el 0.7 por ciento, respectivamente.

En cuanto a los sectores en donde operan, la Secretaría de Economía indica que las PyMEs sobresalen en los servicios y en el comercio, donde se encuentran el 47 y el 26 por ciento de estas. 

El 18 por ciento se dedica a la manufactura, y el 9 por ciento restante se dedica a otras actividades.

Difícil financiamiento

Otra dificultad para las PyMEs es el acceso al financiamiento, ya que en México persiste una baja penetración en el sistema financiero. 

El crédito a familias y empresas en México representó en el 2013 solo el 27 por ciento del PIB, lo cual es una proporción baja a comparación de otras economías latinoamericanas, como Chile o Brasil.

Para enfrentar esto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) ha indicado que se requeriría de estabilidad financiera, un marco regulatorio que promueva la competencia, un sistema financiero fuerte y mayor educación financiera en la población. 

Respecto a este último punto, los datos no son alentadores, ya que la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) indica que solo el 20 por ciento de los adultos mexicanos lleva registro de sus gastos mensuales, y solo 30 por ciento utilizan mecanismos formales de crédito.

Lo necesario para sobrevivir

Mario Rizo, socio en la consultora Salles, Sainz-Grant Thornton, apunta que las PyMEs (sobre todo las familiares) necesitan de un buen gobierno corporativo para institucionalizarse y sobrevivir, y este se centra en tres aspectos:

>   Clarificar los roles, derechos y responsabilidades de todos los miembros de la empresa.

>   Dar disciplina y compromiso de ayudar a la empresa a los miembros de la familia, empleados y dueños, de tal forma que actúen con responsabilidad y profesionalismo.

>   Regular de manera apropiada la relación de la familia con la empresa, así como la inclusión del dueño en las discusiones sobre la empresa.

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