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Amargo castigo

Los productores azucareros en Estados Unidos ganaron una batalla, pero la guerra continúa. Después de meses de protestas de productores de Estados Unidos en contra de supuestos subsidios que recibe la azúcar mexicana, las autoridades de ese país decidieron imponer un arancel al producto.

De acuerdo con Juan Cortina, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera, el Departamento de Comercio estadounidense impuso el gravámen para compensar el daño hecho por este tipo de práctica desleal.

Los productores azucareros en Estados Unidos ganaron una batalla, pero la guerra continúa. Después de meses de protestas de productores de Estados Unidos en contra de supuestos subsidios que recibe la azúcar mexicana, las autoridades de ese país decidieron imponer un arancel al producto.

De acuerdo con Juan Cortina, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Azucarera, el Departamento de Comercio estadounidense impuso el gravámen para compensar el daño hecho por este tipo de práctica desleal.

Sin embargo, afirmó que las acusaciones son falsas y que el Gobierno de México no ha subsidiado a la industria azucarera.

El monto del arancel fue fijado en un rango de 2.99 al 17.01 por ciento. Todavía está pendiente otra investigación similar por dumping, que esperan se resuelva en octubre, por lo que la medida podría ser más severa.

Los azucareros nacionales han expresado su intención de negociar con el gobierno estadounidense para llegar a otro tipo de soluciones.

En los últimos años, esta industria en Estados Unidos ha sufrido problemas económicos, a pesar de contar con la protección de las autoridades, que bloquean la importación de azúcar. No obstante, estas restricciones no aplican para México, que goza de ciertos beneficios al formar parte del Tratado de Libre Comercio de América del Norte.

Viejas luchas

Fabricantes de productos alimenticios critican en Estados Unidos la actitud de los azucareros. Argumentan que el verdadero problema es el control de mercado que tienen las autoridades, las cuales limitan la oferta de azúcar.

No es la primera vez que los dos países se pelean por el tema del edulcorante. En 1997, la Cámara Nacional de las Industrias Azucarera y Alcoholera Mexicana inició un proceso similar en contra de las importaciones de jarabe de maíz de alta fructosa estadounidense.

En su momento, la Organización Mundial del Comercio determinó que no existían pruebas suficientes para considerar que Estados Unidos incurrió en prácticas desleales. 

Especialistas consideran que los nuevos aranceles podrían revivir viejas heridas y empujar al Gobierno de México a castigar las importaciones de fructuosa.